El capitalismo, la tecnología y las redes sociales, en el punto de mira de la última encíclica del Papa

  • “Fratelli tutti” (Hermanos todos) analiza los conflictos sociales actuales bajo la luz de la pandemia
  • “El mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal”
Encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco

El Papa Francisco publicó el sábado 3 de octubre la tercera encíclica de su pontificado, un texto de marcado carácter social que busca inspirar para la construcción de un mundo más justo en un contexto definido por las consecuencias económicas, culturales y sociales de la pandemia.

La carta recibe el título de "Fratelli Tutti" (Hermanos todos), inspirado en los postulados de San Francisco de Asís, cuenta con 98 folios de análisis, ocho capítulos y 287 puntos que profundizan en la ideología, posición política y programa que el pontífice ha tratado de seguir desde que asumió el cargo más alto en la jerarquía eclesiástica en el año 2013.

"Fratelli Tutti" es la encíclica más política del Papa Francisco

Por tanto, la encíclica funciona como síntesis y recopilación de las ideas que el Papa Francisco ha divulgado en sus diferentes discursos públicos. En esta línea, analiza las distintas crisis del mundo actual y trata de aportar algunos elementos para tratar de construir una hoja de ruta común, basada en el amor al prójimo, el respeto y la fe. Sin embargo, arremete contra el consumismo, el neoliberalismo, la despiadada globalización, los crecientes populismos, la tiranía de la propiedad privada, la falta de empatía hacia los inmigrantes o, incluso, el control de las compañías tecnológicas sobre la población y la información.

En el texto, Francisco evidencia la disolución de la naturaleza de las distintas naciones en un modelo cultural único impulsado por la economía y las finanzas. “Estamos más solos que nunca en este mundo masificado que hace prevalecer los intereses individuales y debilita la dimensión comunitaria de la existencia. Hay más bien mercados, donde las personas cumplen roles de consumidores o de espectadores”, señala en pontífice en el documento y añade que “el avance de este globalismo favorece normalmente la identidad de los más fuertes que se protegen a sí mismos, pero procura licuar las identidades de las regiones más débiles y pobres, haciéndolas más vulnerables y dependientes”.

De la misma forma, el neoliberalismo y el capitalismo también son objeto de crítica en la carta redactada por el líder de la Iglesia católica. “El mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal. Se trata de un pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío que se presente”, apunta. “Hay reglas económicas que resultaron eficaces para el crecimiento, pero no así para el desarrollo humano integral”, insiste en el texto.

La desconexión humana en las redes sociales

Como parte del sistema, y también de las denuncias de la encíclica de Francisco, las nuevas formas de comunicación encuentran un hueco en este documento. El Papa hace alusión a las redes sociales y plataformas digitales acusándolas de suprimir el derecho a la intimidad. “Todo se convierte en una especie de espectáculo que puede ser espiado, vigilado, y la vida se expone a un control constante. En la comunicación digital se quiere mostrar todo y cada individuo se convierte en objeto de miradas que hurgan, desnudan y divulgan, frecuentemente de manera anónima”.

Además, sostiene que las relaciones digitales tienen apariencia de sociabilidad, pero que dan lejos de una reciprocidad estable. “No construyen verdaderamente un “nosotros” sino que suelen disimular y amplificar el mismo individualismo que se expresa en la xenofobia y en el desprecio de los débiles. La conexión digital no basta para tender puentes, no alcanza para unir a la humanidad”, señala el pontífice.

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Asimismo, la encíclica también hace referencia a las noticias falsas, los bulos y la desinformación como uno de los males sociales más peligrosos actualmente, causantes de radicalismos y separación entre los seres humanos. “El cúmulo abrumador de información que nos inunda no significa más sabiduría. La sabiduría no se fabrica con búsquedas ansiosas por internet, ni es una sumatoria de información cuya veracidad no está asegurada. Las conversaciones finalmente solo giran en torno a los últimos datos, son meramente horizontales y acumulativas”, y añade que “la libertad es una ilusión que nos venden y que se confunde con la libertad de navegar frente a una pantalla”.

La tecnología también se encuentra, según el Papa, en el centro de posibles guerras y futuros conflictos internacionales. “A partir del desarrollo de las armas nucleares, químicas y biológicas, y de las enormes y crecientes posibilidades que brindan las nuevas tecnologías, se dio a la guerra un poder destructivo fuera de control”, tras lo que insta en prescindir de la guerra como solución y alejarse de la hipotética utilidad atribuida en otros tiempos.

Una nueva política

Atendiendo a la unidad internacional, el pontífice insta a repensar y reformar la Organización de las Naciones Unidas, así como la arquitectura económica y financiera mundial para que se dé una concreción real al concepto de familia de naciones. “Sin duda esto supone límites jurídicos precisos que eviten que se trate de una autoridad cooptada por unos pocos países, y que a su vez impidan imposiciones culturales o el menoscabo de las libertades básicas de las naciones más débiles a causa de diferencias ideológicas” indica el documento, que pone en evidencia la necesidad de evitar que “esta Organización sea deslegitimizada, porque sus problemas o deficiencias pueden ser afrontados y resueltos conjuntamente”.

El racismo, la inmigración y la pobreza también son objeto del texto

A lo largo de sus distintos puntos, "Fratelli Tutti” ahonda en otros males de nuestro tiempo, como el desempleo, el racismo, la pobreza; la desigualdad de derechos y sus aberraciones, como la esclavitud, la trata, las mujeres y el tráfico de órganos.

Como no podía ser de otra forma, Francisco se apoya en los valores de la fe católica para proponer una solución y un nuevo camino para crear un mundo mejor. La fraternidad, la libertad, la tolerancia y la colaboración deben actuar, tal y como señala la encíclica, como guía del pueblo y de los políticos, a los que insta a asumir su verdadero papel de líderes. "La política no debe someterse a la economía y esta no debe someterse a los dictámenes y al paradigma eficientista de la tecnocracia”, señala el Papa que aboga por "volver a llevar la dignidad humana al centro y que sobre ese pilar se construyan las estructuras sociales alternativas que necesitamos".

Más info.: Carta encíclica Fratelli Tutti

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