Personalización, comodidad y servicio son algunos de los rasgos más valorados por los  viajeros de lujo españoles.

Así lo define el estudio realizado por el Observatorio Nacional del Turismo Emisor, en colaboración a Gran Meliá Hotels & Resorts e Iberia.

"El viajero de lujo en España. Hábitos de comportamiento, necesidades y tendencias de futuro”, es el primer informe monográfico llevado a cabo por ObservaTUR que analiza el comportamiento del turista de lujo nacional.

Según indican los resultados, el segmento de los viajes de lujo se encuentra en crecimiento por encima de la media, con buena resistencia a los episodios cíclicos de crisis que atraviesa el país.

Los profesionales de las agencias que han participado en la elaboración del estudio piensan que no todos los clientes entienden el lujo del mismo modo, y que el sector se enfrentará a grandes cambios, sobre todo por causas generacionales.

En el análisis del sector, viajeros de lujo y viajeros premium, han sido las dos categorías que distingue la industria en este segmento. La primera agrupa a los consumidores habituales, para quienes el lujo es su territorio natural; mientras que los segundos se inclinan a este tipo de consumos de forma ocasional.

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El turista de lujo según las agencias

Entre los rasgos que las agencias de viaje han identificado en relación a los viajeros de lujo españoles, una de los comportamientos más habituales es el de recurrir a sus servicios para recibir asesoramiento en la planificación de sus desplazamientos internacionales y grandes viajes, con el objetivo de evitar cualquier problema o imprevisto. Exigen inmediatez y máximo cuidado en los detalles.

A su vez, los españoles que consumen este tipo de viajes esperan la máxima personalización, en función de sus preferencias particulares, así como demandan un servicio 24/7, especialmente durante el viaje, que les permita resolver de inmediato cualquier incidencia o contratiempo.

Mayoritariamente pertenecientes a una franja de edad comprendida entre los 40 y los 65 años, con una preponderancia de los viajes de pareja, huyen de la ostentación, ya que no busca refrendar su estatus.

Con un gasto promedio de 5.000 euros por persona en cada viaje, pese a que muchas agencias marcan en 6.000€ la cantidad mínima para considerar un viaje de lujo; estos viajeros efectúan entre 2 y 3 viajes al año; y las fechas especiales o acontecimientos singulares suelen ser motivo de ello.

Por otra parte, estos viajeros entienden al lujo como experiencias diferenciadas, exclusivas y limitadas; no se interesan en las atracciones masivas, aunque no renuncian a conocerlas. Esta es también una de las razones por las cuales son grandes conocedores de los destinos que desean visitar.

El estudio también identifica que al viajero de lujo español le gusta implicarse en el diseño de sus viajes. Le interesa dejar su impronta, su sello personal.

La importancia de los proveedores de viajes

Otras conclusiones derivadas del primer informe determinan que las agencias de viaje especializadas estudian minuciosamente a cada cliente, y tienen una firme vocación de atención y servicio; como resultado otorgan una gran importancia a los proveedores.

A la hora de volar, las marcas que más valoran este segmento de clientes son las europeas y las de origen asiático. En cuestión de alojamiento, por su parte, priman las grandes cadenas hoteleras de lujo, aunque también aprecian los establecimientos boutique.

El destino con mayor proyección internacional para este grupo de personas sería Japón, seguido de las Maldivas y los países del este de África.

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La mirada de los viajeros

Según la opinión de los viajeros consultados, a las categorías definidas por las agencias (viajeros de lujo y viajeros premium), ellos incorporan una tercera, metodológicamente denominada con el término “upscale".

Esta definición describe al 50% de los encuestados que consideran que habrían hecho un viaje de lujo, en su mayoría para celebrar un acontecimiento especial. Teniendo en consideración este apunte, dicen que habrían realizado entre 2 y 3 viajes de este tipo, con una gasto medio de 3.891 euros, cifra que llega a 11.792 euros por persona y viaje en la categoría de lujo.

A su vez, privilegio, disfrute y lejanía son los apartados en los que las personas consultadas agrupan los atributos de un viaje de lujo. En este sentido, la exclusividad, la personalización, la lejanía del destino y las compras “especiales”, son los principales componentes asociados a este tipo de viajes, mientras que la característica más valorada es la garantía de seguridad.

Descubrir el destino y la gentes, así como anhelos vinculados a lo emocional, son las principales motivaciones para realizar este tipo de viajes.

Por último, tanto turistas como agencias coinciden, que estos viajes han de hacerse de forma diferenciada, fuera de los circuitos con mayor demanda turística.

El futuro de los viajes de lujo

Teniendo en consideración el crecimiento sostenido del sector, el estudio señala cinco grandes tendencias que ganarán relevancia en los próximos años.

El auge del "slow travel", la consolidación de los viajes de ‘autor’ y el interés que está comenzando a despertar el "glamping" o camping glamoroso, ganan fuerza cada año.

Por otra parte, los viajes vinculados al medio natural y el entorno (deporte, aventura...) y los viajes de crecimiento personal (espirituales o solidarios) van ganando igualmente presencia en este segmento.