Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Lo decíamos en este Podcast sobre Inteligencia Artificial e insistimos. Si no, que se lo digan a Google.

Esta semana se celebra el 30 aniversario de la World Wide Web, un mundo digital que ya no se concibe sin Google. Y es que el gigante lleva 20 años luchando para crear un ecosistema online saludable y sostenible.

Así lo explica Mark Howe, Managing Director EMEA de Google: “La compañía tiene una participación importante dentro del ecosistema digital, tanto hacia los usuarios como con anunciantes y publishers”. Y contar con su confianza requiere de un aspecto fundamental: transparencia.

La confianza se construye a base de transparencia.- Mark Howe, Managing Director EMEA de Google

Así, cada año la compañía comparte los datos, esfuerzos y acciones clave que ha llevado a cabo para mantener esa seguridad digital, luchando contra el fraude en internet. En 2018 eso se ha traducido en un mayor número de políticas publicitarias: 31 en total.

Toda una batería de medidas creadas para combatir los abusos en áreas como el soporte técnico de terceros, la reventa de entradas, las criptomonedas o servicios locales como reparadores de puertas de garaje, fianzas o servicios de rehabilitación.

¿Y qué pasa cuando no se puede prevenir? Que se elimina. En 2018 Google eliminó 2.300 millones de malos anuncios que violaban sus políticas (tanto las ya existentes como las nuevas). Entre estos se encontraban unos 207.000 anuncios de reventas de entradas, más de 531.00 anuncios de bonos de préstamos y unos 58,8 millones de anuncios de suplantación de identidad (phising). Estas cifras representan, aproximadamente, unos 6 millones de anuncios malos eliminados cada día.

Google va al origen del problema: la fuente de los malos anuncios

Pero a pesar de su omnipresencia, hasta el alcance de Google es limitado. Por eso en 2018 decidieron luchar no sólo contra la mala publicidad, sino también contra los responsables de estos anuncios. Así, se concentran en el origen del problema para atajarlo de raíz.

Usando una tecnología mejorada de machine learning, se identificaron casi un millón de cuentas que promovían este tipo de publicidad. Eso representa casi el doble de las que se eliminaron en 2017.

Además en 2018 se lanzaron 330 clasificadores de detección para identificar mejor el abuso a nivel de páginas web. Esto supone casi tres veces el número de clasificadores que se lanzaron en 2017. Desde la compañía han explicado que sacaron a casi 734.000 publishers y desarrolladores de aplicaciones de su red publicitaria y se eliminaron los anuncios de casi 1,5 millones de aplicaciones. También se tomaron medidas más específicas al eliminar los anuncios de casi 28 millones de páginas que violaban las políticas de publishers.

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Por eso, tras la polémica en las últimas elecciones en Estados Unidos, el año pasado Google lanzó una reformada política de anuncios electorales en el país antes de las elecciones midterm celebradas en noviembre. Se verificaron casi 143.000 anuncios electorales, y se lanzó un informe de transparencia que ofrece más información sobre quién compró estos anuncios. Y en 2019 toda una batería de herramientas similares se han lanzado ante las elecciones indias y europeas.

Para combatir las webs de baja calidad, en 2018 se eliminaron anuncios de aproximadamente 1,2 millones de webs, más de 22.000 aplicaciones y casi 15.000 sitios de su red publicitaria. Los motivos se mueven entre la violación de las políticas relativas a contenido tergiversado, que promueva el odio o que sea de escasa calidad.

Google castiga a los malos y premia a los buenos

Y como parte de sus esfuerzos para construir este ecosistema digital saludable, desde la compañía quieren ayudar a los anunciantes para que sus creatividades cumplan con todas y cada una de las políticas implantadas.

Para ello lanzarán a lo largo de las próximas semanas un Administrador de Políticas en Google Ads, una plataforma que ofrecerá consejos acerca de los errores más frecuentes que se comenten infringiendo su política publicitaria.