Iberdrola ha presentado una demanda contra Repsol por competencia desleal y publicidad engañosa, puesto que considera que ha cometido greenwashing, o blanqueamiento ecológico. Lo hizo el pasado 21 de febrero ante los Juzgados de lo Mercantil de Santander. El proceso, admitido a trámite, encrudece una batalla empresarial que dio comienzo hace varios meses. 

La demanda se interpone atendiendo a diversos artículos de la Ley de Competencia Desleal. Concretamente los relativos a actos de engaño, omisiones engañosas y publicidad ilícita en el marco de sus campañas de publicidad y comunicación comercial. Y es que en la demanda, según informa Europa Press, la eléctrica acusa a la petrolera de promocionar iniciativas sostenibles “cuando su oferta multiproducto busca fomentar el uso de carburantes” y de “centrarse en la sostenibilidad, cuando constituye un elemento menor de sus actividades actuales".

Desde Iberdrola, presidida por Ignacio Sánchez Galán, consideran que este tipo de comportamientos impacta en el mercado, puesto que puede generar erosión en la confianza de los usuarios en los esfuerzos de sostenibilidad de otras compañías. Este fue también el contenido de unas acusaciones veladas que Galán hizo en enero en el marco de un encuentro de la industria.

Por su parte, desde Repsol aseguran, tal y como informa el citado medio, que la demanda aún no les ha sido notificada. Señalan, no obstante, que su propuesta de valor en la Península Ibérica es única y que “ha generado nerviosismo en Iberdrola”. Consideran que ésta es una empresa que no está “acostumbrada a manejarse en un marco competitivo, sino a depender de las reglas de un mercado regulado”. 

Iberdrola ha solicitado en su demanda que se obligue a Repsol a cesar los supuestos actos de competencia desleal y a no reiterarlos en el futuro. Pide también la remoción de los efectos producidos y la destrucción de materiales -catelería, folletos publicitarios, vídeo o grabaciones acústicas- destinados a hacer llegar los contenidos publicitarios a los consumidores. 

Además, la eléctrica ha solicitado al juez que, en caso de ser favorable para su causa, Repsol publique la sentencia condenatoria en su sitio web, así como en la radio, la televisión, al menos una vez al día durante una semana y en los mismos canales y la misma franja horaria y duración que tuvieron los contenidos declarados ilícitos. También pide que se haga lo mismo en dos periódicos de mayor circulación a nivel nacional y en redes sociales. 

A este respecto, desde Iberdrola recuerdan que Repsol ya fue sancionada por greenwashing por la Advertising Standards Authority (ASA) en Reino Unido en dos ocasiones, por campañas, según dicen, similares a las realizadas en España. Entonces se obligó a Repsol una campaña de biocombustibles. 

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Según recoge El Confidencial, para respaldar su demanda Iberdrola ha encargado dos informes periciales a NERA Economic Consulting, en el plano del negocio, y de Roman Reputation Matters, en el plano publicitario. Con estos la eléctrica habría acreditado la existencia de esa presunta competencia desleal y publicidad engañosa.

En su demanda, la eléctrica señala, tal y como apunta Cinco Días, que Repsol aumentó sus emisiones de CO2 en un 16% en 2022, o que destinó el 82% de sus inversiones a combustibles fósiles y solo el 0,82% a la producción de energía renovable. Así, únicamente el 0,4% de sus ingresos provendrían de actividades de generación renovable.

Pese a ello, desde Repsol aseguran que la demanda es "carente de fundamento" y apuntan que mantendrán su estrategia de transición energética y ofreciendo bienes y servicios sostenibles que la sociedad demanda a un precio competitivo. Además, tal y como recoge El Confidencial, seguirá avanzando en la oferta de combustibles renovables, "que son vistos por parte de algunos, entre ellos Iberdrola, como una amenaza al discurso, falso, de que la electrificación es la solución única para reducir las emisiones de CO2 en el transporte". 

Las tensiones comerciales entre Iberdrola y Repsol se remontan a la incursión de la segunda en el terreno de las energías renovables, un ámbito en el que la primera se declara pionera y referente. Se suceden en un contexto de creciente competencia y complejidad económica. Según los últimos datos de la CNMC, Iberdrola ha perdido en aproximadamente 188.000 clientes de electricidad en 2023, aunque se mantiene líder con casi 10,2 millones de consumidores de luz. 

Por su parte, Repsol obtuvo alrededor de 246.000 clientes de electricidad durante el año pasado, hasta superar los 1,5 millones de consumidores. Fue la compañía, de las cinco grandes proveedoras, que más creció individualmente en usuarios de luz.