“Cuando entramos nos golpeó el mal olor. Era como si allí hubieran vivido animales. Mi hijo de 10 años empezó a llorar”.
Esta frase es parte del testimonio de Claire, una mujer que se vio obligada a acudir a los servicios sociales cuando se quedó sin casa y que fue instalada con sus tres hijos en un albergue de acogida. La habitación tenía una superficie mínima, el cuarto de baño no tenía puerta, los colchones estaban manchados de sangre, el moho cubría las paredes.
La campaña quiere también llamar la atención sobre la escasez de viviendas sociales en el Reino Unido
La historia de Claire es una de las cuatro que pueden conocer los clientes de otras tantas tiendas de Ikea en el Reino Unido como parte de la campaña “Real life roomsets” (“Habitaciones de la vida real”) que la marca sueca ha desarrollado en colaboración con Shelter, organización dedicada a la ayuda de las personas sin hogar.
La campaña trata de llamar la atención, por un lado, sobre las pésimas condiciones en que tienen que vivir las personas que se quedan sin casa y han de acudir a los servicios sociales para que les faciliten un alojamiento; y, por otro, sobre el problema de la falta de vivienda social en el Reino Unido.
Para ello, ha reproducido en el interior de cuatro de sus tiendas, junto a los brillantes y atractivos despliegues de sus productos para que el contraste sea mayor, los lamentables lugares donde han tenido que vivir cuatro personas que hubieron de recurrir a los servicios de acogida. Junto a cada habitáculo se ha colocado un cartel que narra la historia de la persona afectada.
Las habitaciones se han instalado en las tiendas de Hammersmith (Londres), Bristol, Warrington y Birmingham, todas ellas cercanas a zonas donde el problema de las personas necesitadas de ayuda para conseguir un lugar en el que vivir es especialmente acusado.
Peter Jelkeby, Country Retail Manager y Director General de Sostenibilidad de Ikea en Reino Unido e Irlanda, ha dicho con motivo de la puesta en marcha de la campaña: “Poner el foco en la construcción de viviendas ‘asequibles’ y no de viviendas sociales ha supuesto un inconveniente a la hora de encontrar una solución a la emergencia de alojamiento, que actualmente se solventa proporcionando acomodos temporales en los que las familias se ven forzadas a vivir en condiciones insalubres e inaceptables”.
“En Ikea”, añade, “creemos que todo el mundo merece tener un hogar, y por eso estamos tan orgullosos de colaborar con Sheltar en la exigencia de un cambio a largo plazo, mientras ayudamos a las personas afectadas por el problema en nuestras comunidades locales".