La de Daniel Goleman, líder mundial en Inteligencia Emocional, era una de las ponencias más esperadas del World Business Forum Madrid. Algo que se notó tanto en la sala repleta como en las palabras de Matthew Levin, Embajador de Canadá en España, quien presentó a Goleman:“Sus aportaciones han transformado nuestra forma de ver las organizaciones como líderes, nuestras relaciones profesionales e incluso las personales”.
El Coeficiente Intelectual no lo es todo
Lo primero que Daniel Goleman dejó claro cuando se subió al escenario es que un número de IQ no lo es todo en esta vida. “Tengo amigos con mentes brillantes, pero su falta de inteligencia emocional no les permitía avanzar. Y al contrario, otros con un rendimiento educativo más en entredicho que han logrado llegar lejos gracias a su inteligencia emocional”.
Y es que ser un líder está más relacionado con la inteligencia emocional que con el coeficiente intelectual. Algo que Claudio Fernández-Aráoz, autor argentino, apoyó en Harvard Business Review hablando de de las competencias que los futuros líderes debían tener. Y estas se centraban, precisamente, en cualidades como la curiosidad o la insistencia. Características que se engloban dentro de la Inteligencia Emocional.
La pregunta no es si eres inteligente emocionalmente. Sino, ¿de qué manera? ¿En cuál de todas las capacidades?- Daniel Goleman
La Inteligencia Emocional is the new black
La Inteligencia Emocional es un aspecto tan básico como fundamental para alcanzar el máximo potencial en puestos de liderazgo. Es un hecho que muchos CEOs ya reconocen: para alcanzar ese nivel se necesitan soft skills.
Pero las nuevas incorporaciones a las organizaciones, la gente recién contratada o que se presenta a procesos de contratación, no lo entiende igual. “Piensan que las hard skills son más necesarias, capacidades como tecnología o programación”.
De hecho, el coeficiente intelectual deja de ser un predictor del rendimiento después de un cierto punto máximo. “Y por eso, entre las competencias de los que mejor rinden, la Inteligencia Emocional es dos veces más importante que el coeficiente intelectual y las capacidades más técnicas”.
El Modelo de Inteligencia Emocional
El modelo de Inteligencia Emocional y social, dentro de las competencias de líderes, se basa en cuatro grandes áreas:
- Self-Awareness. Ser consciente de uno mismo, saber qué pasa con tus emociones, con tus pensamientos.
- Self-Management. Autogestión de tu propia persona.
- Social Awareness. Consciencia social de lo que te rodea.
- Relationship Management. Manejo de relaciones.
Esos son los cuatro grandes bloques en los que se divide la Inteligencia Emocional. Pero la pregunta más allá de todo esto es, ¿para qué lo utilizamos? “Para tener un impacto positivo en otras personas, esa es la clave del liderazgo competitivo. Porque la pregunta real no es si eres inteligente emocionalmente, sino ¿de qué manera?, ¿en cuál de todas las capacidades?”.
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Esa Inteligencia Emocional está basada en los patrones cerebrales, con el “secuestro de la amígdala” siendo el protagonista en muchas ocasiones. Entendiendo por secuestro “esos momentos en los que las personas tienen una respuesta emocional inmediata y abrumadora. Cuando es una emoción muy fuerte, positiva o negativa. El típico momento en el que dices algo de lo que más tarde te arrepientes. Cada vez que un CEO tiene un ‘secuestro de la amígdala’ son malas noticias para el negocio, no hay duda”.
¿Cómo mantener a la amígdala tan inactiva como sea posible?
“Muchas escuelas ahora enseñan Inteligencia Emocional. Y un ejercicio que utilizan es el de los semáforos. Recuerda la luz en rojo: para, pausa, y relájate. Piensa antes de actuar”. Porque no se trata de reprimir esa sensación… eso no es sano. No consiste en fingir o pretender que estás calmado. Sino que de verdad te calmes.
¿Otra opción para mejorar en este sentido? “Presta atención a los desencadenantes que provocan esa reacción: si es una falta de respeto o es porque lo consideras algo personal”.
¡Prestemos atención!
Nuestra atención, o la falta de ella, también ha sido un tema a desarrollar por Goleman durante su intervención con un protagonista principal: el smartphone.
“Es tu mejor amigo y tu peor enemigo. Pero sobre todo, está lleno de distracciones”. Así, las normas de atención han cambiado para todos, especialmente para líderes y ejecutivos. “Para un ejecutivo, significa que estás presente las 24horas del día, los siete días de la semana. Un tiempo durante el que estás recibiendo una cantidad de información exagerada. Y cuanta más atención prestamos a esa información, menos atención nos queda para concentrarnos en nosotros mismos. La distracción se ha convertido en algo normal, pero es extremadamente ineficaz”.
Y así llegamos hasta el concepto de Control Cognitivo: la habilidad de poner la atención donde quieras y dejar las distracciones de lado. Una facultad que puede predecir tanto la salud como el éxito financiero con mayor precisión que la familia en la que uno nace, por ejemplo. “Es uno de los mejores métodos de predicción que indican el éxito que tendremos. Y por eso tenemos que enseñar a los niños a mantener la atención: cómo mantener la vista fija en el objetivo”.
Ese punto óptimo de eficiencia cognitiva se consigue cuando la concentración alcanza un máximo. Y esa es la tarea de los líderes: facilitar esa área de concentración óptima a mitad de camino entre aburrimiento y estrés. ¿Cómo se llega hasta ese punto? Con cuatro recomendaciones de Daniel Goleman:
- Establece objetivos claros. La claridad ayuda con la motivación
- No a la microgestión, la gestión de forma excesiva. “Deja que ellos lleguen al objetivo como quieran, como consideren necesario”
- Proporciona feedback inmediato. “Deja claro si lo que están haciendo está funcionando o no para reajustar el camino hacia el objetivo”
- Empareja los retos con las fortalezas particulares de cada uno
Inteligencia Emocional en Líderes
La inteligencia emocional es importante independientemente del puesto en el que desarrolles tu trabajo diario. Pero es especialmente clave en los puestos de mayor liderazgo.
“¿Cómo toman decisiones esos líderes que, en poco años, han logrado construir sus negocios desde cero hasta convertirlos en gigantes? Recogen los datos, miran más allá de las hojas de cálculo, buscan todo lo que puede ser relevante y luego miran en su interior. Si algo no se siente como la decisión correcta, no lo hacen”.
Cada vez que un CEO tiene un ‘secuestro de la amígdala’ son malas noticias para el negocio, sin duda.- Daniel Goleman
El equilibrio emocional también resulta una faceta clave, especialmente en esos puestos de mayor poder. “Los líderes tienen que saber controlar sus emociones, porque son reacciones que en última instancia también afectan a los negocios. Hay que manejar las crisis emocionales”. Y es que las emociones siempre están en juego en los negocios, solo que normalmente no les prestamos demasiada atención.
El cerebro social y las neuronas espejo son dos características fundamentales. “El cerebro está plagado de ellas. Son las que nos dicen instantáneamente lo que la persona que está frente a nosotros está sintiendo, haciendo... Es lo que hace que las interacciones fluyan”. Y es también lo que hace que un grupo preste atención a la persona más poderosa del mismo.
“Por eso, si el líder está de buen humor, la productividad sube. Y lo contrario: si es malo arrastra a todo el grupo hacia abajo. Es la herramienta invisible de cada líder”.
Y, por último, la empatía. Esa cualidad que les permite reflejarse y verse en los zapatos de los demás. Pero hablamos de tres tipos de empatía:
- Empatía cognitiva. Te pones en los zapatos de la otra persona para ver cómo piensa, para comprender las cosas.
- Empatía emocional. Trabaja con esa conexión instantánea: 'Sé como te sientes porque yo también lo siento'. Eso es lo que hace que cualquier conversación vaya en la mejor dirección posible.
- Preocupación empática. Es el nivel más alto de empatía. No solo lo sabes y te preocupas, sino que si puedes hacer algo para mejorarlo, lo haces. Es el tipo de líder con el que la gente quiere trabajar. La mejor relación de liderazgo.
Los pasos que necesitas seguir para desarrollar tu Inteligencia Emocional
- Motivación. Lo primero de todo, ¿quieres hacerlo? Porque va a suponer esfuerzo y pasos.
- Apoyo. Ya sea un coach o un compañero de aprendizaje, encuentra el apoyo correcto.
- Valoración: Feedback claro.
- Plan de aprendizaje. Concéntrate en el plan. “Uno de los problemas es que no prestamos atención y no no escuchamos. ¡Presta atención a la persona que tienes enfrente!"
- Práctica. Practica mucho, con cada oportunidad que tengas. “Lo que se repite continuamente queda plasmado en el cerebro. Y cuando lo haces sin pensar, es porque ya forma parte del comportamiento por defecto".