Estados Unidos investiga a Volkswagen por el falso cambio de nombre a Voltswagen

  • Los reguladores investigan si la compañía pudo sacar rédito en Bolsa con una acción que resultó ser una broma
  • Según informa la prensa alemana, Volkswagen of America estaría colaborando con la SEC en las primeras pesquisas
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El pasado 30 de marzo, el sector de la automoción se revolucionaba con un supuesto cambio histórico de nombre e identidad corporativa de Volkswagen, uno de los mayores fabricantes del mundo, que, según medios como Associated Press, New York Times o Wall Street Journal pasaría a llamarse Voltswagen, en un juego de palabras relacionado con la electromovilidad, presente en la hoja de ruta de todas las marcas.

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Todo resultó ser una broma anticipada por el April Fools’ Day, tal y como pudo confirmar Reason Why con la matriz española, pero una acción que puede costarle cara al consorcio alemán.

Las acciones de Volkswagen subieron más de un 12% el día del cambio de nombre

Y es que según informa la revista alemana Der Spiegel, la Comisión Nacional del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) está investigando a Volkswagen por este cambio de nombre, con el que habría conseguido que sus acciones se revalorizasen un 12,5% en Wall Street el día del anuncio, una tendencia alcista por la que los inversores apostaron después de que la propia Volkswagen acompañase el rumor difundido por la prensa mundial de un comunicado en el que confirmaba el supuesto cambio de nombre. Según la propia publicación alemana, Volkswagen of America estaría colaborando en la primera fase de las pesquisas.

En esta secuencia de los hechos, la marca acabó publicando otra nota en la que confirmaba, tal y como había adelantado Reason Why, que Voltswagen era simplemente una broma, aunque lanzada jornadas antes del propio April Fools’ Day, que en el mundo anglosajón se celebra el 1 de abril. Medios como la propia Associated Press se sintieron agraviados por la situación y denunciaron que los propios portavoces de la marca les habían confirmado el cambio de nombre. El humor tampoco dominó las respuestas de los usuarios en las redes sociales de Volkswagen of America, donde a día de hoy no existe rastro de la acción, ni siquiera como archivo.

Estados Unidos, un mercado sensible para Volkswagen

Pero a simple vista, el rebranding carecía del soporte que necesita una transformación de ese calado. A pesar de que Volkswagen cambió las imágenes en las cuentas de Volkswagen of America por “Voltswagen” e incluso involucró al propio CEO de la filial norteamericana, la mayoría de los apartados de su web corporativa conservaron en todo momento la denominación Volkswagen.

De igual modo, el cambio, en términos de competencia, no hubiera sido demasiado acertado, puesto que uno de sus grandes competidores en Estados Unidos, General Motors, tiene en su gama dos vehículos llamados Chevrolet Bolt y Chevrolet Volt. A esto hay que unirle que la propia compañía había usado ya Voltswagen en una acción comercial en Reino Unido.

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Frente al revuelo creado, Volkswagen argumentó que todo estaba incluido en una acción de marketing centrada en el lanzamiento del ID.4, el primer SUV de la marca. Pero el argumento no ha sido suficiente para convencer a la SEC, que investigará si esta decisión pudo acarrear una manipulación forzada del mercado.

Cabe recordar que Estados Unidos ha sido el mercado más beligerante con el fabricante alemán por el dieselgate, un caso que afectó a millones de vehículos en todo el mundo. Esto supuso un golpe a la credibilidad de marca de Volkswagen, que se vio obligada a retirar su histórico lema “Das Auto” (“El Coche”), precisamente por otro juego de palabras que se expandió como fue “Gas Auto”.

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Pero no es la primera vez que los reguladores estadounidenses investigan a un fabricante automovilístico por informaciones falsas o intencionadas. En marzo de 2019, la SEC acusó a Elon Musk, CEO de Tesla, de “una flagrante violación” por publicar un tuit sobre los objetivos de producción de la marca de coches eléctricos. Previamente, la autoridad norteamericana había prohibido a Musk usar las redes sociales para divulgar sin previa autorización información que pueda ser considerada material para los inversores de Tesla.