Más analítica y gestión de riesgos: así está transformando el coronavirus la cadena de suministro, según McKinsey

  • McKinsey & Company ha analizado los principales cambios experimentados en la gestión de las cadenas de suministro
  • Se aprecia mayor apuesta por la digitalización y la gestión de riesgos, pero también escasez de talento específico
McKinsey cadena de suministro

La pandemia ha expuesto las debilidades del actual sistema de suministro a nivel global y puesto de relevancia la necesidad de construir cadenas más flexibles, ágiles y resistentes ante los cambios de comportamiento del consumidor y tendencias del mercado. Casi dos años más tarde del impacto del coronavirus, las empresas han abordado parcialmente estas cuestiones, y el impulso de mejoras se antoja urgente en un contexto de crisis logística. 

McKinsey ha analizado la evolución de las cadenas de suministro en los últimos meses

Así lo apunta una encuesta reciente realizada por McKinsey & Company entre 71 ejecutivos senior de la cadena de suministro de diferentes industrias y geografías, entre mayo y junio de este año. La consultora llevó a cabo, en mayo de 2o20, una investigación sobre los efectos de la pandemia en los procesos logísticos, y ahora ha repetido el estudio para analizar qué medidas se han puesto en marcha para potenciar mejoras y qué evolución se espera en los próximos meses. 

Localización, materia pendiente

La investigación de 2020 indicaba que poco más de tres cuartas partes de los encuestados planeaban mejorar la resiliencia de sus cadenas de suministro a través de cambios físicos en sus diferentes procesos. Para este año, un 92% ha afirmado que así lo han hecho. No obstante, las respuestas apuntan a distintos niveles de esfuerzos para lograr este objetivo, distinguiéndose principalmente dos áreas: aquellas acciones vinculadas a inventario y aquellas relacionadas con localización de plantas de producción. 

El año pasado, las empresas planificaron una combinación de aumento de inventario de productos, componentes y materiales con la diversificación de las bases de suministro y la localización o regionalización de las redes de producción. Sin embargo, Estos últimos esfuerzos se han llevado a término en menor medida que los primeros, tal y como puede observarse en el siguiente gráfico. 

Por sectores, según McKinsey & Company, el de la salud destaca como líder en resiliencia, gracias a una aplicación de una gama más amplia de medidas. Así, el 60% de las compañías de atención médica encuestadas han “regionalizado” sus cadenas de suministro y el 33% han acercado la producción a los mercados finales. En cambio, en las industrias automovilística, aeroespacial y defensa, solo el 22% han “regionalizado” la producción, a pesar de figurar como su principal apuesta el año pasado. 

Las diferencias entre sectores pueden atribuirse a la naturaleza estructural de las mismas. Por ejemplo, los metales y productos químicos son industrias que requieren grandes y costosos centros de producción y cuyas inversiones en nuevas capacidades pueden tardar años en completarse. Algunos encuestados han comentado haber encontrado dificultades a la hora de encontrara proveedores adecuados para respaldar sus planes de localización cercana. A pesar de todo, este punto sigue siendo la prioridad de la mayoría de las empresas de cara a los próximos tres años. 

Mayor implicación en la gestión de riesgos

La pandemia ha situado la gestión de riesgos en los puestos más altos de las agendas corporativas. Mentalidad que se refleja en que un 95% de los encuestados por McKinsey haya afirmado contar con procesos formales para la gestión de riesgos en la cadena de suministros. El 59% asegura haber adoptado nuevas prácticas en los últimos 12 meses, mientras que el 4% ha establecido las funciones de gestión de riesgos desde cero. 

Las acciones tomadas en este sentido han variado en función de la madurez de las empresas en la materia previa a a crisis. Las empresas con poca o ninguna experiencia en gestión de riesgos han invertido en nuevas herramientas de software, mientras que las organizaciones de mayor madurez se han centrado principalmente en la implementación de nuevas prácticas.

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La monitorización de riesgos relacionados con proveedores ha sido el principal enfoque de las empresas en este sentido. Sin embargo, todavía hay puntos ciegos. Poco menos de la mitad de las empresas encuestadas aseguran conocer la ubicación de sus proveedores de primer nivel (tier one) y los riesgos a los que se enfrentan, pero solo el 2% hace la misma afirmación respecto a los proveedores de tercer nivel (third tier). Esto es importante ya que los principales puntos de la crisis actual de la cadena, como la escasez de semiconductores, ocurren en estos niveles más profundos del suministro. 

Apuesta por la digitalización y la analítica

La transición hacia el teletrabajo también ha impactado en la gestión de la cadena de suministro. El estudio de McKinsey apunta que un 58% ha informado de un buen desempeño en la organización y planificación de la cadena durante el año pasado, mientras que el 42% aseguraba que el trabajo en remoto había provocado retrasos en la toma de decisiones. 

Las compañías están aumentando el uso de herramientas de analítica avanzada

El éxito de la planificación ha estado estrechamente relacionada con el uso de herramientas digitales, especialmente analítica avanzada. Las empresas que han compartido un desempeño positivo de sus cadenas tenían 2,5 veces más probabilidades de informar de capacidades de análisis preexistentes. De las compañías que han comentado tener dificultades, el 71% está aumentando el uso de sistemas de este tipo. 

La emergencia sanitaria ha sido un catalizador para la digitalización. La gran mayoría de encuestados asegura haber invertido en tecnologías de la cadena de suministro digital durante el año pasado, y muchos han invertido más de lo planeado originalmente. Es más, casi todas las empresas también planifican una mayor inversión digital en el futuro, la cual se destinará principalmente a mejorar la visibilidad para obtener una mejor imagen del rendimiento en tiempo real de la cadena. 

Así, el 77% planea invertir en este apartado, mientras que el 76% espera hacer el herramientas específicas de planificación y el 73% en sistemas de planificación end-to-end más amplios. Poco menos de la mitad de todos los encuestados también dicen que están buscando herramientas de modelado de redes para ayudarlos a mejorar el diseño de la cadena de suministro a largo plazo.

A pesar de ello, el análisis de McKinsey & Company apunta que el talento continúa siendo una barrera importante para la aceleración de la digitalización y la brecha de habilidades se está ampliando. La encuesta de 2020 indicaba que el 10% de las empresas aseguraban contar con suficiente talento digital interno, una cifra que se ha reducido drásticamente hasta el 1% este año. 

Para hacer frente a esto, los profesionales encuestados están apostando por la recualificación (55%), la contratación de nuevos talentos del mercado laboral (52%), la reasignación del personal existente (30%), y la contratación de personal especializado para proyectos específicos (21%). 

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McKinsey apunta que las cadenas de suministro se aproximan a un punto de inflexión. A pesar de los esfuerzos por adaptarse de manera efectiva a las nuevas formas de trabajar, aumentar los inventarios y aumentar sus capacidades digitales y de gestión de riesgos, los profesionales se enfrentan a un contexto marcado por la necesidad de nuevas habilidades, transparencia end-to-end y evolución hacia estructuras más localizadas y flexibles. 

Tal como apunta la consultora, los próximos meses serán definitorios para la industria. Apunta que algunas compañías aprovecharán el impulso que han obtenido durante la pandemia, con acciones decisivas para modernizar sus tecnologías y desarrollar capacidades, mientras que otras empresas podrán llegar a retroceder, volviendo a antiguas formas de trabajo y luchando contra competidores más ágiles en coste y servicio, y vulnerables a interrupciones en la cadena de suministro.