Es una combinación ecléctica de azul, rojo, amarillo y verde. Pero donde muchos tan solo habrían visto una peculiar chaqueta, la que luce Javier Guadiana en cada programa de Los Prismas de la Creatividad, Raquel Sánchez Silva vio todo un ejercicio de comunicación y una expresión de lo que considera creatividad cotidiana. “La comunicación es un juego muy bonito y hay que jugarlo con todas las cartas de la baraja, y que cada una tenga su propio significado. Porque la creatividad, cuando es explícita, es maravillosa. No te puedes zafar de ella”.
Como comunicadora multidisciplinar, Raquel Sánchez Silva ha hecho de la creatividad cotidiana su principal herramienta
El vestuario ha sido, en muchas ocasiones, una de las múltiples armas que esta comunicadora -con casi tres décadas de experiencia- ha empleado para conectar con la audiencia, transmitir mensajes o inspirar emociones entre los espectadores de populares espacios televisivos como “Supervivientes”, “Pekín Express” o “Maestros de la costura”. La presentadora, periodista y escritora ha sido la cuarta invitada del programa streaming de Reason.Why, impulsado por Manifiesto, que ofrece conversaciones inspiradoras sobre creatividad con profesionales de máxima referencia en diversas esferas de conocimiento.
En el marco de esta iniciativa, DJ Nano ha compartido su pasión por el proceso creativo; el chef Paco Roncero ha reflexionado sobre la importancia de la colaboración para la generación de ideas; y la ex jugadora de baloncesto Amaya Valdemoro ha puesto en valor la humildad a la hora de inspirarse. A todos estos aprendizajes Raquel Sánchez Silva ha añadido, entre otros muchos, el de no dejarse apabullar por el folio en blanco y el gran concepto que se tiene de la creatividad. En lugar de dejarse llevar por la intimidante necesidad de encontrar la genialidad, ha invitado a abrazar la creatividad resolutiva.
A lo largo de una trayectoria en la que se ha acercado a diferentes disciplinas, Sánchez Silva ha aprendido que, por un lado, existe “la gran creatividad”, cuasi mítica e inalcanzable; y, por otro, “la creatividad doméstica, más diaria, más de solucionar”. Piensa en esta última como “un mecanismo de supervivencia” que se puede aprender y desarrollar, y que nace de la necesidad. “Todos hacemos ejercicios creativos mucho más a menudo de lo que creemos. Tenemos que confiar en nuestra creatividad diaria”.
Siguiendo esta idea, la frase “no soy una persona creativa” no debería tener hueco en el vocabulario de ningún profesional, ya que todos contamos con esta capacidad susceptible de ser potenciada. En esta línea, la comunicadora concibe la creatividad como “un mapa de zonas erógenas” que va cogiendo forma a lo largo del tiempo y del que se sabe cuáles activar para llegar a determinados lugares. Para Sánchez Silva la creatividad necesita de un proceso y de una metodología, y por lo tanto, cada individuo debe aprender cómo funciona para saber explorarla. “La creatividad es una especie de puchero en el que hay que ir lanzado los ingredientes apropiados. En mi caso, necesito un proceso creativo, no puedo ir desnuda a la creatividad”.
El valor del riesgo y del error
La metodología de la invitada al programa impulsado por Manifiesto varía en función de sus múltiples facetas profesionales. Así, cuando se trata de la televisión o de un evento en directo, asegura que su acercamiento a la creatividad le resulta más eficiente y sencillo en compañía, puesto que le permite sentir al público que está al otro lado de la cámara. En cambio, cuando se trata de la escritura, ha compartido que le resulta más conveniente la soledad, pero se aproxima al ejercicio apoyada en las notas que toma habitualmente. “Me fijo en muchas cosas. Luego cojo todo y es como una cocina de aprovechamiento. Abro la nevera y con lo que tengo debo sorprender a mis invitados. Intento mezclar cosas que no estaban pensadas con la misma finalidad, pero que sirven”.
En consecuencia, la naturalidad es para Sánchez Silva un ingrediente fundamental del proceso creativo y considera el error y el humor como elementos clave de la comunicación y caminos directos para captar la atención de las personas. Son aspectos que toda marca debería interiorizar y dejar hueco en sus estrategias y activaciones como palanca para humanizarse y conectar emocionalmente. “Soy una gran defensora, no del error, sino del traspiés porque humaniza, recupera, reengancha. Ganar en naturalidad, sin necesidad de dar la espalda a los mensajes clave, es mucho más importante que algo correcto que no llega”.
No obstante, esa pérdida de miedo al error y esa naturalidad conllevan también la asunción de riesgos, ya sea en una comunicación de marca, en el lanzamiento de un producto o la presentación de un proyecto. No salirse de las líneas implicará acierto, pero puede no dar lugar a notoriedad, memorabilidad o efecto sorpresa. “Cuando alguien arriesga y es creativo de verdad, como mínimo te quedas mirando. La inmensa mayoría de la humanidad es curiosa, y la persona curiosa nunca se va a perder un ejercicio de riesgo creativo que quiera sumar y comunicar”.
La rendición y el miedo al folio en blanco
Con todo, la comunicadora también ha destacado la importancia de saber cuándo rendirse, de identificar que ese “clic” que tiene lugar cuando las cosas encajan, no siempre tiene por qué suceder. Es decir, igual de importante es arriesgar como entender que la creatividad en sí misma es un logro y que no tiene porqué ser una lucha sin cuartel, y que aferrarse a una idea puede provocar que no se consigan los resultados que se persiguen. “La creatividad tiene esa euforia asociada que a veces te hace perder la referencia de la realidad. Puedes estar intoxicado por tu propia idea y muchas veces cuesta reconocer que personas con criterio te pueden mirar a los ojos y decirte que tu idea no es buena”, comenta Raquel Sánchez Silva.
“Lejos de crear en blanco, me construyo verdaderos andamios para escribir”
Es por ello que la cuarta invitada de Los Prismas de la Creatividad no considera necesario tener que enfrentarse al conocido como “miedo al folio en blanco” para desarrollar el potencial creativo. La escritora asegura que nunca se ha enfrentado a ese vacío, ya que como parte de su proceso narrativo inicia sus proyectos partiendo de una idea clara que, en la mayoría de los casos, surge de una necesidad y, a partir de ahí, construye las historias. Por ejemplo, el libro “Dos mundos” nació de su necesidad de contarles a sus hijos cuentos sobre mellizos.
Así, para la comunicadora caer en la procrastinación por miedo a enfrentarse al folio en blanco supone un trauma innecesario para aquellos profesionales vinculados a la creatividad. “Es como subir los últimos 100 metros del K2 sin oxigeno. Se puede, aunque muy pocos lo consiguen. Pero las vistas desde arriba son las mismas”, comenta. “Hay que entender que hay procesos creativos en los que es necesario encontrar los apoyos y la fuerza para continuar. Si te frustra tanto esa página en blanco como para hacer que se convierta en tu enemigo, entonces te lo tienes que pensar”.
Del mismo modo que Sánchez Silva no descendería a las profundidades del mar sin una botella de oxígeno, tampoco se enfrentaría a un proceso creativo sin “unas muletas” que le ayudaran a caminar. Como compartió, su metodología de escritura implica el desarrollo de un background para los personajes, esquemas de tramas, incluso ejemplos de diálogos, que hacen las veces de andamio para construir sus novelas. “Debe ser maravilloso ese proceso en el que una idea aflora de la nada, pero muchas personas no contamos con esa capacidad. ¿Por qué vamos a tener que renunciar a nuestra creatividad?”, reflexiona la comunicadora.
Los referentes desconocidos
Las figuras referentes, ya sean parte de la industria en la que uno se desempeña o de otros sectores, son también una de esas ayudas necesarias para desarrollar la creatividad. Sin embargo, la periodista afirma que, aunque los considera importantes en ciertas etapas de la vida, no le interesa el referente clásico entendido como esa persona que ya ha pasado con éxito su prueba de fuego. En este sentido, admira la capacidad de la modista y diseñadora María Escoté, con quien comparte plató en “Maestros de la costura”, para mirar al futuro. “Me interesan más esos referentes desconocidos, a descubrir en el mundo de la comunicación, por ejemplo. Esa persona que no entiendo es la que más me interesa, incluso si de primeras me genera rechazo, por tradición o comodidad”.
Así, considera que el referente tradicional puede suponer un obstáculo o una limitación en un contexto de actualización e innovación constantes. Confiesa también sentirse oxidada en ese talento de ver venir nuevas tendencias o nuevas figuras con potencial para generar disrupción en el mercado, aunque admite que “está muy bien sentir que te estás quedando atrás” para obligarse a uno mismo a actualizarse, a esforzarse por pasar al siguiente escenario. “Lo que queda en ese caso es intentar hacer el esfuerzo, que supone más un ejercicio de ingenio, valentía y curiosidad, que de creatividad”, explica. “A veces estamos buscando soluciones creativas para hechos que ya no son relevantes. La creatividad también hay que decidir dónde la ponemos a trabajar”.
“Es el formato el que te regala esa etapa brillante de tu trabajo”
Esa es una capacidad que la presentadora ha conseguido adquirir a lo largo de sus años frente a las cámaras en todo tipo de formatos. Y en aquellos programas guionizados también ha encontrado hueco para dar rienda suelta a su creatividad mediante la improvisación o la lectura de los códigos televisivos. Sin embargo, como ocurriría en muchas campañas o activaciones publicitarias, otorga más valor a la idea que al conductor de la misma. “El 98% de los programas de televisión funcionan porque el formato es bueno. ¿Cuántos presentadores no tan buenos han hundido un gran formato televisivo? Pocos. ¿Cuántos presentadores que pasábamos por allí nos hemos visto aupados por un gran formato? Muchos", apuntó. Y añadió una lección de humildad: “Ni eres tan bueno cuando estás en el formato top, ni tan malo el día que el formato fracasa”.
Al término de este cuarto programa de Los Prismas de la Creatividad, Raquel Sánchez Silva también reflexionó sobre la evolución que ha experimentado su relación con las marcas y la de estas con los consumidores, al igual que también han cambiado los canales de comunicación. Asegura que actualmente las marcas están probando escenarios, personajes, maneras de conectar para lograr distintos objetivos. “La relación es muy bonita cuando las marcas y el prescriptor logran entender que hay ejercicios de autenticidad en lo que hacen”, comentó. “Me he metido en pocas acciones en las que no he podido defender. Con esto no quiero decir que haya causas indefendibles, sino que necesito creer profundamente en lo que hago".
Además, como conclusión a su participación en el programa, Raquel Sánchez Silva compartió que, más allá de la televisión y la escritura, su creatividad también se expresa en el mobiliario de su hogar. Y es que la comunicadora es artífice de algunos de los muebles que decoran su casa en Madrid. Creaciones que defiende a pesar de ser consciente de que a muchos pueden no gustarle y que le sirvieron para volver a poner en valor la creatividad cotidiana y para lanzar un mensaje de sencillez: “En la creatividad del día a día hay muchos fallos, mucho ensayo y error. No son todo fuegos artificiales, también está el cohete que no explota en una palmera dorada. Hay una creatividad que es un arma, una solución, y que no tiene por qué cambiar la historia de la humanidad”.
Aquí puedes ver al completo el cuarto programa de Los Prismas de la Creatividad, impulsado por Manifiesto, con Raquel Sánchez Silva como invitada: