Hasta hace no mucho tiempo, la imagen de una persona comiendo sin compañía en un restaurante podía despertar cierta compasión. Y quien comía solo o sola podía sentir incomodidad o vergüenza. Pero las transformaciones culturales y sociales no sólo han roto el tabú y han normalizado la situación, sino que han hecho de la práctica de salir a comer o cenar solo una tendencia.
En Estados Unidos el número de personas que salen a comer o cenar solas se ha incrementado un 8% entre junio de 2023 y mayo de 2024, en comparación con el mismo periodo del año anterior, según datos de la plataforma de reservas OpenTable. Y en los dos últimos años han crecido un 29%. Además, el 52% de los consumidores estadounidenses planean salir a comer o cenar solos este año.
El “solo dining” crece en mercados como Estados Unidos, Reino Unido o Japón
La denominada práctica del “solo dining” está cobrando impulso y cada vez más personas optan por disfrutar de las comidas en restaurantes a solas. El fenómeno es especialmente perceptible en mercados. Según informa Time, este año las reservas para comer o cenar solo o sola han aumentado un 18 % en Alemania y un 14 % en el Reino Unido. Japón, donde la soledad ha cobrado presencia en los últimos años, también e un ejemplo0.
En España, sin embargo, donde existe una tradición más ligado a lo social, tiene menos tracción, aunque crece paulatinamente.
Comer solo, ¿también en España?
Desde TheFork, plataforma para la gestión de reservas en restaurantes, nos explican que no pueden acreditar una tendencia al alza significativa sobre la práctica de ir a comer o cenar solo. Los datos que comparten con Reason.Why indican que de enero a agosto de este año la mayoría de sus reservas han sido para dos personas: un 57% del total a nivel nacional. En cambio, las de un comensal representan sólo un 3% del total, una cifra ligeramente superior al mismo periodo del año pasado, cuando supusieron un 2,6%.
Desde el grupo Restalia, propietario de 100 Montaditos o La Sureña, tampoco han percibido la tendencia. Quizá por la naturaleza de sus marcas. “No hemos sido testigos de esta tendencia porque nuestras insignias son el claro ejemplo de la gastronomía compartida”, nos comentan desde la compañía. “Nuestra filosofía y la base de nuestro éxito es compartir y disfrutar momentos con familiares y amigos”.
En cambio, en Alsea, grupo que gestiona marcas de restauración organizada como Vips, Fosters Hollywood o Ginos, han observado que no es tanto una cuestión de volumen de consumidores, sino de frecuencia. “Hemos detectado un incremento, pero no se trata de gente nueva, sino que los que comen solos vienen más veces”, nos explica Borja Cameron, Director de Marketing Digital y Comunicación de Alsea Iberia, en declaraciones a Reason.Why. “La gente ha perdido el miedo, ya no hay ese tabú que había antes”.
Alsea también ha compartido algunos datos interesantes con nosotros. Nos indican que el 7% de los consumidores de Foster's Hollywood comen solos, frente al 18% de Vips. La diferencia puede encontrarse en que la segunda tiene oferta de desayunos.
El momento de consumo, atendiendo a la experiencia de la compañía, también parece un aspecto importante. Nos cuentan que el 70% de los consumidores que disfrutan de los desayunos de Vips a primera hora van solos, y a medida que se adentra el día, aumenta la socialización.
Los factores detrás de salir a comer solo
“La práctica de comer o cenar sólo creció durante la pandemia, debido a las restricciones en el número de comensales y el miedo al contagio”, nos comenta Borja Cameron en relación a las razones que considera impulsoras de la práctica de comer solo. “También hay menos estigma, una demografía diferente, más variedad de formatos de restaurantes”.
Las comidas o cenas disfrutadas en solitario son una experiencia cada vez más buscada y valorada por comensales en muchas partes del mundo, y supone una transformación social y cultural que responde a diversos factores, como el cambio demográfico, el interés por las experiencias, o la evolución del panorama laboral.
- Cambios demográficos y sociales
Uno de los razones detrás del auge de la práctica de salir a comer solo se encuentra la evolución que ha experimentado la sociedad, con cada vez más personas viviendo solas. Concretamente en España, hay 4,8 millones de personas que viven solas, lo que hace que los hogares unipersonales representen el 28% de los hogares en nuestro país, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a enero de este año.
El comportamiento de los hogares unifamiliares se refleja en los hábitos de consumo, incluyendo la forma de comer fuera de casa. A lo que se suma, también, la creciente movilidad laboral y estudiantil, que hace que muchas personas se encuentren en ciudades nuevas, a menudo sin grupos sociales en los que apoyarse, y que les lleva a explorar la gastronomía local por su cuenta.
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Comer, como ver una película, viajar o disfrutar de un concierto en directo, es una experiencia. Y las experiencias, especialmente aquellas de carácter único y memorable, son una de las cuestiones más demandadas actualmente por los consumidores.
Y muchos restaurantes, sobre todo, aquellos pertenecientes a la alta cocina o segmento premium, hacen de la comida algo que va más allá de la simple alimentación. En un mundo cada vez más compejo, salir a comer solo es, en muchas ocasiones, la única opción para probar ese restaurante al que hace tiempo se quiere ir, ante la dificultad de cuadrar agendas con amigos o familiares.
- Ruptura del tabú
La percepción negativa de comer solo o sola está disminuyendo, especialmente entre las generaciones más jóvenes. Según datos de OpenTable, las nuevas generaciones valoran salir a comer y cenar solos: el 68% de la generación Z y los millennials han cenado solos en un restaurante formal durante el último año, alrededor del 63% planean adoptar la tendencia este año.
A romper el tabú de salir a comer solo también han contribuido las redes sociales, en las que ha proliferado de manera significativa en los últimos años el contenido relacionado con comida, alimentación y gastronomía. Son muchos los usuarios y creadores de contenido que comparten sus salidas en solitario como una forma de expresión personal y autenticidad.
- Flexibilidad laboral
El teletrabajo y los horarios flexibles, que se han consolidado tras la pandemia, permiten a más personas disfrutar de comidas fuera de casa en momentos no convencionales. Esta flexibilidad no sólo afecta a los horarios de comida, sino también a la elección de los lugares. Muchos profesionales que trabajan en remoto ahora optan por cambiar su entorno de trabajo, eligiendo cafeterías y restaurantes como oficinas temporales, lo que naturalmente lleva a más momentos de "solo dining".
- Cultura del autocuidado
La creciente preocupación por el autocuidado y el bienestar personal ha llevado a muchas personas a ver las comidas en solitario como una forma de invertir en sí mismos. Esto incluye no solo la elección de alimentos saludables, sino también la creación de momentos de tranquilidad y disfrute personal en medio de vidas cada vez más ocupadas.
En un contexto de hiperconectividad y alto ritmo de vida, muchos consumidores aprecian las ventajas de disfrutar de una comida en soledad. Entienden el acto como un ejercicio de relajación, como una oportunidad para la introespección y la desconexión.
Adaptación de la industria al “solo dining”
La tendencia, con todo, no es nueva. El auge de la práctica de salir a comer o cenar solo o sola se lleva observando unos años, especialmente en grandes ciudades como Nueva York, Londres o Tokio. Los restaurantes no han permanecido ajenos al fenómeno y han impulsado la adaptación de sus espacios y propuestas para satisfacer las necesidades y exigencias de los comensales solos.
Según OpenTable, los comensales solos gastan más que otros perfiles
Pero no sólo con la intención de ofrecer el mejor servicio o reforzar la imagen y reputación de marca, sino también porque supone una oportunidad de negocio. Los datos de OpenTable para el mercado estadounidense indican que los comensales que disfrutan de sus comidas solos gastan por persona un 48% más que cualquier otro perfil, alcanzado una media de 84 dólares por comida.
El diseño de los espacios es un punto clave en la adaptación. Muchos establecimientos han modelado sus interiores para incluir mesas individuales y zona de barra y así poder acomodar a quienes acuden solos a disfrutar de la comida en solitario. Las nuevas disposiciones no responden únicamente a cuestiones de estética o funcionalidad, sino también a la comodidad psicológica y emocional del comensal.
Vips, por ejemplo, ha incrementado la presencia de barras en sus restaurantes con el objetivo, tal y como nos comenta el Director de Marketing Digital y Comunicación de Alsea, agilizar los momentos de consumo, especialmente para quienes acuden solos.
Por citar otros casos, y aunque su concepto se vincula a la alta cocina, Playing Solo, inaugurado el año pasado en Madrid, combina la zona de cocina con una barra para ocho comensales.
Así, cada vez resulta más habitual encontrar restaurantes que cuentan con estancias semi-privados que ofrecen una sensación de intimidad, pero sin llegar al aislamiento completo. Otros están experimentando con asientos orientados hacia vistas panorámicas o jardines interiores, que acompañen la experiencia de comer solo.
La carta también está siendo un punto de adaptación. Cada vez son más los restaurantes que apuestan por brindar una oferta para una única persona, como medias raciones, arroces para consumo individual o la copa de vino frente a la botella entera.
Por ejemplo, el restaurante vegano Avant Garden, en Nueva York, ha estado ofreciendo una experiencia especial para comensales solos: incluye un menú de cuatro platos y cócteles, así como un diario para apuntar reflexiones. “Esta experiencia es perfecta si solo quieres disfrutar de un poco de paz y tranquilidad, ponerte al día con tu libro favorito o simplemente saborear una comida sin distracciones”, explican desde el restaurante.
El restaurante ha prolongado la experiencia a raíz de su éxito.
Por otro lado, la tecnología también está ayudando a los restaurantes. El Wi-Fi gratuito o unidades de recarga eléctrica para dispositivos electrónicos facilitan que los comensales, especialmente aquellos que acuden a los establecimientos por trabajo, disfruten de una buena experiencia.
Además, en algunos restaurantes las mesas cuentan con tabletas electrónicas que, además de ayudar a hacer los pedidos, incluyen otras funcionalidades, como juegos, noticias e información de actualidad o contenido audiovisual, para amenizar el momento de la comida.
Sin embargo, los restaurantes no son los únicos agentes de la industria de la hostelería que se está adaptando a la tendencia del “solo dining”. Los medios y portales especializados brindan contenido e información específica para este perfil de consumidor, con recomendaciones sobre dónde comer bien o cómo disfrutar de la mejor experiencia.
Así, proliferan artículos con titulares como “Los mejores restaurantes para comer solo en Londres” o “Consejos para salir a cenar solo”. Y es que, aunque la tendencia del “solo dining” está en aumento, muchas personas todavía se sienten inseguras a la hora de salir a comer solos, o no saben dónde acudir o cómo gestionar el proceso.
Es más, el concepto “solo date” cuenta con cientos de vídeos en TikTok que acumulan miles de reproducciones. Se trata de un fenómeno que se observa principalmente entre mujeres jóvenes y que promueve pasar tiempo a solas como forma de desarrollo personal.
Por otro lado, el hecho de que cada vez más plataformas de reserva, como OpenTable o TheFork, contemplen la opción de reservar en restaurantes para una sola persona, facilita que los consumidores puedan descubrir en qué establecimientos pueden comer solos o gestionar su experiencia de manera digital.
¿El futuro es comer solo?
La práctica de salir a comer o cenar solo está cobrando presencia, aunque su penetración e incidencia depende, en gran medida, del contexto cultural. En España, los grandes grupos de restauración permanecen con una propuesta profundamente orientada a la socialización.
“La oferta de nuestras marcas no ha experimentado grandes cambios para adaptarnos a esta tendencia, porque ya contamos con muchas opciones para consumo individual. Además, nuestro foco, el grueso de nuestro target, son las familias”, nos explican desde Alsea, que apuntan que no han puesto en marcha acciones de marketing para atraer al perfil de comensales solos.
Con todo, las proyecciones del INE señalan que para el año 2039 habrá 7,7 millones de hogares unipersonales en España, que llegarán a representar el 33,5% del total. Esto supone un incremento del 41,9% respecto a 2024.
Y aunque vivir solo no es sinónimos de hacer las cosas solo, los datos evidencian una evolución de la demografía y de los comportamiento de los consumidores, un nuevo escenario al que las marcas deberán contemplar adaptarse para continuar siendo relevantes.