Desde hace algunos años, se pueden leer y consultar varios estudios que aseguran que las agencias de publicidad independientes incrementan, cada vez más, su reconocimiento ante los anunciantes. A las independientes se les adjudican cada vez un mayor número de proyectos, tanto nacionales como internacionales, y captan más nuevo negocio que las multinacionales.

¿Por qué?

Porque la idea que tienen desde las marcas es que las agencias multinacionales están en una búsqueda constante de la rentabilidad a cualquier coste. Así que en las agencias independientes han encontrado partners, socios que buscan relaciones, y por eso empiezan a preferir la flexibilidad, la cercanía y la transparencia que les aportan estas.

Además, porque se ha demostrado que las agencias independientes pueden aportar el mismo, o mejor, talento y una total involucración en el negocio del cliente.

Es obvio que las agencias multinacionales no van a desaparecer; pero lo que sí se puede afirmar es que el fenómeno independiente crece exponencialmente cada año y, por tanto, no es una moda, sino que han generado un modelo de negocio que ha venido para quedarse y que se basa principalmente en la confianza.

En un escenario y momento en el que las marcas buscan ser más relevantes y diferenciales que nunca, los anunciantes buscan unas cualidades en las agencias que encuentran antes en las independientes que en las grandes multinacionales: el hecho de poner talento creativo al servicio de las marcas, ofrecer soluciones innovadoras trabajando desde la profesionalidad, la experiencia y la honestidad, siempre orientada a resultados.

Las agencias independientes no pueden permitirse el lujo de predicar una cosa y luego hacer otra. Y el hecho de haber sobrevivido a la crisis, saliendo incluso reforzadas en muchos casos, demuestra que así lo están haciendo bien, rompiendo con el mito de que las cuentas se ganan por creatividad y se pierden por servicio.

El creciente interés de los anunciantes por tener una relación más transparente con sus agencias es otro de los factores que ha beneficiado a las agencias frente a las multinacionales; hablamos de ser más ágiles y autónomos a la hora de tomar decisiones en campos como la facturación, la negociación o la resolución de conflictos. Se prima la relación con el cliente por encima de la burocracia o de situaciones financieras ajenas al día a día.

Todo este conjunto de cualidades, da como resultado una relación más cercana e íntegra con los clientes, en la que la agencia está verdaderamente involucrada con el trabajo de la marca y esta lo percibe así. Una relación donde agencia-cliente compartan éxitos y fracasos y vayan de la mano buscando nuevos retos juntos. En definitiva, una relación de verdad.

Sin duda, dado que es un buen momento de crecimiento para las agencias independientes, y los valores comentados de alguna manera ya están ligados a ellas, deben aprovechar este momento en el mercado y centrarse en resaltar sus otros valores diferenciales; los que las convierten en partners únicos para los clientes.