¿Y si el consumidor pudiera visitar virtualmente un destino antes de pinchar el botón de reserva o casi sentir la experiencia de consumir el último helado de moda antes de meterlo en su carrito de la compra?
La realidad virtual ya está aquí. Lo podemos ver en los últimos shows de presentación de artículos en Estados Unidos y en las presentaciones más punteras de algunos productos de nuestro mercado. Pero, ¿y si esa realidad virtual, todavía tan costosa, pudiera tener un precio asequible para cualquier compañía?
Esta y otras revoluciones son las que va a experimentar el marketing en los próximos cinco años. A los soportes tradicionales de exterior, banners, publi-noticias, contenido patrocinado o sampling habrá que sumar procedimientos y materiales hasta ahora desconocidos que seguro se convertirán en un hit para el futuro más cercano.
La realidad virtual es una de las estrategias que no podremos perder de vista, pero existen otras tecnologías que están revolucionando el mundo, nuestro mundo, o lo que es lo mismo: el mundo del consumidor. Ese al que todos pretendemos enamorar.
Por eso la agencia de comunicación y estrategia digital Evercom ha desarrollado una interesante infografía en la que muestra algunas de las tendencias que revolucionarán el marketing, la publicidad y la comunicación en los próximos años
Entre ellas, encontramos algunas tan punteras como el Internet de las cosas, el Big Data o el marketing experiencial (vídeos 360, realidad virtual…); pero también se atisban prácticas ya muy utilizadas que están pidiendo a gritos una vuelta de tuerca para reconvertirse y volver a triunfar a la hora de conseguir el objetivo deseado: conquistar al consumidor y ganarse su fidelidad. Este es el caso de los influencers, ¿cómo podemos apoyarnos en ellos sin que la burbuja estalle y perjudique a nuestra marca? ¿Debemos centrarnos solo en la tecnología más futurista que se avecina o no tendríamos que dejar de lado estrategias más tradicionales aportándoles un toque más disruptivo y creativo?
Parece que en el término medio está la virtud. Lo que tenemos del todo claro es que, tal y como señala la consultora, la mayor parte de las compañías han centrado sus esfuerzos en llegar al prosumer, un usuario capaz de generar opiniones sobre un producto y que tiene cierto poder de influencia sobre el resto de los consumidores. Pero además de este usuario tenemos que centrarnos aún más en otro, en el obsumer, alguien que recibe tantos impactos publicitarios que se ha cansado de ser proactivo y prefiere analizar todo desde un punto de vista mucho más observador. ¿Estamos acaso dejando de lado a este otro consumidor, por otra parte, cada vez más frecuente?
Tranquilos que, aunque así sea, tiene solución. Siempre nos quedará Google y tendencias como el marketing automation que nos ayudarán a seguirle la pista incluso al consumidor más esquivo.