Hay unas pulseras de gomas de colores que arrasan en todo el mundo y que se han convertido en todo un fenómeno en el patio de los colegios. El malayo Cheon Choon Ng ha creado el “juguete” más deseado del momento. Las pulseras las llevan incluso las hijas del Príncipe de España.
Todo el que tenga en su círculo de familiares o amigos a un niño de más de 5 años ya las conocerá: son pulseras que se hacen a partir de simples gomas de plástico de colores.
Con una inversión inicial de 10.000 dólares, el malayo Cheon Choon Ng ya ha facturado más de 100 millones en todo el mundo. A España llegaron el pasado 2 de enero y su lanzamiento ha sido muy comentado por entendidos del sector, como Lorenzo de Benito, portavoz de Toys’R’Us, quien asegura que hacía años que no se veía un caso así.
Choon tiene 45 años y no buscaba hacerse millonario. Ni siquiera quería inventar un nuevo juguete. Simplemente quería pasar algo de tiempo con sus dos hijas preadoloescentes, Michelle y Teresa, en su casa de Novi (Michigan EEUU). Allí Choon trabajaba como ingeniero jefe en el departamento de pruebas de choque de Nissan.
En 2010 Choon vio cómo sus hijas intentaban tejer una pulsera con gomas de colores y entonces trató de ayudarlas. Pero sus dedos eran demasiado gordos y fue entonces cuando decidió “inventar una maquinita para recuperar su admiración”.
Así nació el primer prototipo de Rainbow Loom, una herramienta que ya ha vendido 10 millones de unidades y que ha dado lugar a cientos de copias que se venden a un precio de unos 12€ por todo el mundo.
En España a muchos niños les basta con una bolsa de gomas de plástico y una aguja con garfio, que se vende en los bazares por menos de 1€, para tejer los adornos.
La ayuda de YouTube y Google
Ante el éxito de Rainbow Loom, Choon convenció a su esposa de que debían dedicar todos sus ahorros a las pulseras. Y es que a Choon le faltaba financiación para convertir la novedad en un negocio lucrativo. De momento sólo tenía los 10.000 dólares de sus ahorros para pagar la universidad de sus hijas.
Después de hacer 28 prototipos distintos, dio con el definitivo. Encargó 10.000 unidades a una fábrica china pero el debut fue bastante desalentador. Ninguna juguetera se fiaba del invento y fue entonces cuando Chon se dio cuenta de que el fallo era que nadie sabía cómo utilizar su invento.
Entonces colgó unos tutoriales en YouTube y contrató anuncios en Google. Y el que la sigue, la consigue. En el verano de 2012 Learning Express, una cadena de jugueterías, le compró dos docenas de bastidores que se agotaron en 24 horas. “Fue el punto de inflexión. Ahora vendemos 500.000 unidades al mes”.
Tal ha sido el éxito que las pulsera de Choon ya se ven en las muñecas de famosos como David Beckham o Gwyneth Paltrow. Incluso los grandes de las finanzas las lucen con sus trajes de 10.000 dólares.
Choon ha dejado su puesto en Nissan para volcarse en la empresa, en la que ya trabajan 15 personas, incluida su esposa. Ante las ofertas para comprarle el negocio, Choon lo tiene claro: “quiero legar el proyecto a mis hijas”.
Eso sí, en España aún no ha encontrado distribuidor y Choon ha declarado a elmundo.es que está buscando un socio español.
Lo que se vende en España son copias más o menos legales de Rainbow Loom, un problema al que Choon tiene que hacer frente en muchos países del mundo donde las empresas venden imitaciones de su diseño sin pagarle royalties.