Conocido por sus tendencias más extravagantes, Japón está revolucionando los hábitos de consumo a través de las máquinas expendedoras. Y es que estos automatismos han visto en el país nipón un terreno fértil para su desarrollo.

Tanto es así que se estima que el número de estos artefactos supera los cinco millones en todo el territorio. Una cifra que equivale a una máquina por cada 23 habitantes y que sigue en aumento.

El furor por este tipo de dispositivos está, por supuesto, alentado por su rendimiento económico. Concretamente, los beneficios de estas máquinas superan los 7 millones de yenes y generan una media de 15.000 dólares por aparato y año.

A tenor de estas cifras, no es de extrañar que gran variedad de marcas y productos pugnen por ofrecer sus servicios en estos "estantes". Además, la variedad es tal que el abanico está abierto a sectores como la alimentación, las bebidas, la prensa, los artículos eróticos y el tabaco.

No obstante, para dar cabida a la ingente cantidad de artículos, muchos fabricantes han optado por mejorar la calidad del servicio a través del entretenimiento. Así, mientras los clientes esperan su producto, estos artefactos facilitan el trámite con ventajas en el pago. Es decir, es posible abonar el importe con tarjetas recargables en kioscos y estancos.

Este fenómeno, que se ha popularizado en los últimos tiempos, ofrece grandes ventajas para el consumidor: el bajo coste de los productos, la variedad de surtido y la accesibilidad.