Ryanair podría lanzar vuelos transatlánticos a 10 euros. Los vuelos transatlánticos en low-cost son un objetivo de Ryanair desde hace tiempo. Y parece que el CEO de la aerolínea, Michael O’Leary, sigue obsesionado con el tema.

En comentarios al diario Businessweek, O’Leary ha insistido en un nuevo modelo de negocio que podría hacer posible ofrecer estos precios bajísimos. Su idea consiste en que sean los viajeros de clase business los que cubran los costes del avión.

La primera vez que O’Leary habló de esta posibilidad, en 2008, aseguró que en trayectos de larga distancia siempre hay un 10 o un 15% de los viajeros que están dispuestos a pagar lo que haga falta por la comodidad. Sus declaraciones se hicieron famosas porque O’Leary dijo que conseguiría estos bajos precios en clase turista a base de ofrecer “camas y mamadas” en primera clase.

Según este modelo de negocio, los viajeros en primera clase pagarían precios muy altos para recibir un servicio muy superior a la media. Y con estos beneficios se financiaría parte de los billetes de la clase turista, que no alcanzan a cubrir los costes del vuelo por sí solos.

¿Es posible volar en low-cost en vuelos transatlánticos?

El CEO de Ryanair ha dicho a Businessweek que lo único que necesita es encontrar grandes jets disponibles. Pero puede que no sea tan fácil.

Las aerolíneas de low-cost consiguen precios bajos a base de reducir dos costes importantes:

1. El coste de estar en tierra: volar más tiempo y estar menos tiempo en el aeropuerto.

Esto implica conseguir que los viajeros salgan y entren del avión más rápido, repostar combustible a toda velocidad (o ni siquiera repostar) y llevar un horario muy apretado entre aterrizajes y despegues.

Así la aerolínea consigue hacer más vuelos en un mismo día, cobrando más billetes por avión de los que pueden conseguir otras empresas.

2. Las tases de aeropuerto: volar a aeropuertos secundarios.

Los aeropuertos más grandes y cercanos a las ciudades tienen tasas mayores. Son más caros porque tienen una infraestructura mejor y están binen comunicados con los centros urbanos.

Volando a aeropuertos secundarios se reduce este coste.

Estos costes son importantes para una compañía aérea, pero, en viajes de larga distancia, los costes de combustible y de personal son mucho mayores. Y esos sí que no hay forma de ahorrárselos...

Por eso todas las empresas que han intentado implantar el low-cost en vuelos transatlánticos han fracasado.

Y, seamos realistas, ni siquiera los vuelos europeos de Ryanair cuestan ya 10 euros...