Si hace unos años era la centralita tradicional la vanguardista alternativa al sistema de telefonía, el nuevo paradigma de comunicación para empresas va más allá: instala su centralita en la nube, aportando mucha más flexibilidad a las empresas.
¿Cuál es la diferencia?
Las centralitas virtuales sacan una gran ventaja operacional a las tradicionales. En ellas, el acceso telefónico es sustituido por una conexión a internet.
Esto abarata costes y aporta más soluciones de conectividad a la empresa. Sin embargo, la centralita tradicional continúa siendo in situ, de forma que hardware y software van necesariamente de la mano para funcionar.
La centralita virtual da un paso más: sitúa el centro de operaciones en La Nube. En lugar de alojarse en las instalaciones de la empresa, el sistema telefónico se aloja en varios centros de datos externos de alta seguridad. De esta forma, no es necesaria ninguna instalación. Cualquier terminal con conexión a internet puede acceder a esta nube con sus datos de identificación. No importa el lugar desde el que se conecte. Solo requiere una conexión a internet de calidad.
Esto beneficia especialmente a empresas tipo start-up que pueden no tener una sede física común para todos los empleados. Facilita y promueve el teletrabajo, una tendencia al alza.
Además, este tipo de servicios abaratan mucho los costes para empresas cuyas llamadas se dirigen mayoritariamente al extranjero, ya que son igualmente gratuitas.
A nivel operacional, el funcionamiento es muy similar al que ya conocemos como usuarios gracias a servicios como el que ofrecen plataformas de voIP tipo Skype. En Europa, proveedores como NFON ya han consolidado un servicio de calidad que da soluciones de telefonía integrales para empresas. Esta empresa alemana aterrizó en noviembre de 2015 en el mercado español con un prometedor servicio.
¿Una buena opción para mi negocio?
El servicio se enfoca tanto a grandes empresas como a PYMEs y start-ups. Aporta más libertad de uso, ya que la conexión puede establecerse en cualquier lugar; así como flexibilidad de contratación. El cliente no está sujeto a ninguna permanencia, sino que la suscripción es mensual y puede ampliarse, reducirse o darse de baja según sus necesidades. Tampoco requiere ninguna instalación física, y el paso de un sistema a otro se realiza brevemente sin paralizar la actividad de la empresa.
Así, los costes de inversión inicial se reducen a cero y los de mantenimiento se ciñen exclusivamente a nuestras necesidades.
Privacidad garantizada
La centralita se sustituye por un centro de datos de alto rendimiento. Se ofrece el servicio a través de una conexión a internet encriptada, por lo que nuestras conversaciones y datos están protegidos.
Cada empresa debe adaptar las soluciones de telefonía a sus propias necesidades; sin embargo, descuidar este elemento puede pasarnos factura.
Una tecnología de poca calidad, con un servicio de datos con capacidad insuficiente y llamadas que se interrumpen, puede hacernos perder clientes. Y no tener una centralita en negocios medianos y grandes elimina inmediatamente parte de nuestra reputación de marca.