AMI solicita a Meta que paralice la difusión ilegítima del número de ¡Hola! sobre la boda de Tamara Falcó

  • La Asociación critica la inacción de la compañía y solicita un comportamiento responsable
  • Según Pons IP, WhatsApp es considerado "servicio de comunicación interpersonal” y podría quedar impune
AMI solicita a Meta que paralice la difusión ilegítima del número de ¡Hola! sobre la boda de Tamara Falcó

La Asociación de Medios de la Información (AMI) ha compartido un comunicado en el que denuncia la inacción de Meta ante la difusión ilegítima de número especial de la revista ¡Hola! s publicado el lunes 10 de julio sobre la boda entre Tamara Falcó e Iñigo Onieva. Y es que la esperada edición con la exclusiva del evento se ha compartido masivamente en formato PDF a través de la plataforma WhatsApp convirtiéndose, según califican desde la asociación, “en la mayor acción de piratería de la historia de la prensa en nuestro país”.

¡Hola! adelantó la publicación del número especial al lunes, en lugar del miércoles habitual

La boda entre la marquesa de Griñón y su ya marido tuvo lugar el pasado sábado y captó la atención de millones de españoles, que acudieron a diversos medios de comunicación -televisión, redes sociales, prensa- para conocer algún detalle de la ceremonia. Tanto es así que ¡Hola!, propietaria de la exclusiva de la considerada “boda del año” anunció que publicaría un número especial el lunes, en lugar del miércoles, día habitual de la llegada de la publicación a los quioscos.

La primera edición se agotó ayer mismo en los quioscos, según compartió la revista, que aseguró nuevas entregas para hoy martes. Sin embargo, sin esperar a la llegada de la segunda edición a los estantes, miles de usuarios españoles han compartido masivamente de manera ilegítima un PDF a través de la aplicación de mensajería con la información trabajada por la revista. 

Ante esta situación, que también se produjo hace unos meses con la información de ¡Hola! acerca de Ana Obregón y la gestación subrrogada de un bebé, AMI ha optado por pronunciarse y solidarizarse con la publicación. Así, asegura en un comunicado que Meta está ignorando “el legítimo derecho de la revista ¡HOLA! de hacer suyo el fruto de su trabajo”.

Desde AMI queremos mostrar el rechazo a este tipo de actos que dañan la propiedad intelectual y afectan a la sostenibilidad de la industria editorial. La piratería de contenidos editoriales pone en peligro el trabajo de los periodistas”, apuntan desde la asociación. “AMI solicita a Meta, propietaria de WhatsApp, un comportamiento responsable de forma que paralice de manera inmediata la distribución ilegítima de contenidos editoriales y ponga los medios necesarios para evitar que estas conductas se reproduzcan en el futuro”.

Recuerdan desde AMI que la piratería es un delito contra la propiedad intelectual y conlleva penas de cárcel de entre seis meses a cuatro años, así como sanciones económicas y la obligación de resarcir los daños causados. “Según la legislación vigente, están cometiendo un delito tanto las personas que se descargan el contenido desde las fuentes de acceso legítimo y lo distribuyen por primera vez como aquellos que lo reciben y lo reenvían”.

La Asociación de Revistas ARI también se ha pronunciado al respecto y ha señalado que sólo ¡Hola! tiene los derechos de comunicación en exclusiva. “El trabajo de estos profesionales, su inversión y derechos de propiedad intelectual han sido vulnerados, una semana más, con una magnitud sin precedentes, a través de WhatsApp que pertenece a Meta”, ha señalado en un comunicado. “Tenemos que acabar con esta práctica ilegal consistente en los envíos masivos, los profesionales de este sector exigen el reconocimiento y remuneración por su trabajo”. 

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Asegura, además, que enviar el contenido a través de WhatsApp perjudica a la editorial y “tiene el mismo efecto que un “robo””, y exige que Meta se responsabilice de las prácticas ilegales que suceden en su plataforma. Señalan que han reclamado -y seguirán haciéndolo- a Meta que tome medidas para terminar con lo que considera un “atentado” contra los derechos de propiedad intelectual de las publicaciones. “Hoy exigimos una solución. La situación vivida por la revista ¡Hola! esta semana, que se repite todos los días con periódicos, revistas y novedades editoriales, pone de manifiesto una vez más la gravedad y magnitud del problema para la primera industria cultural del país”.

La revista ¡Hola! se ha hecho eco de las palabras compartidas por AMI y las ha publicado tanto en sus perfiles oficiales en redes sociales como en su propia página web. Asimismo, como ya hiciera hace unas semanas con la exclusiva citada, a través de sus perfiles ha contacto directamente a través de Instagram con algunos usuarios que han difundido las imágenes o la información recogida en la edición especial para que retiren sus publicaciones. 

En sus políticas, Meta asegura comprometerse a ayudar a personas y empresas a proteger su propiedad intelectual

Esa es, precisamente, una de las prácticas que recomiendan desde la propia Meta cuando se perciba una posible infracción de propiedad intelectual. Tal y como recoge la compañía en sus políticas de uso, Meta tiene el compromiso de ayudar a las personas y las organizaciones a proteger sus derechos de propiedad intelectual. Las Condiciones de uso no permiten publicar contenido que vulnere los derechos de propiedad intelectual de otra persona, incluidos los derechos de autor y de marca comercial”.

Estos compromisos se extienden también a WhatsApp, que en sus políticas recoge la siguiente afirmación: “Nuestras Condiciones no permiten a nuestros usuarios infringir o violar los derechos de propiedad intelectual o industrial de terceros al usar nuestros Servicios, incluyendo sus derechos de autor y marcas comerciales o registradas”. A este respecto, invita a los usuarios a utilizar sus mecanismos para reportar una infracción de los derechos de marcas comerciales o registradas y solicitar que se elimine cualquier contenido que aloja. 

WhatsApp, ¿inmune?

Tal y como nos explica Violeta Arnaiz, Directora del área de propiedad intelectual y software de Pons IP, en declaraciones a Reason.Why, la responsabilidad de las plataformas en relación a los contenidos que los usuarios publican en ellas está regulado, a nivel europeo a través del Reglamento de 19 de octubre de 2022 sobre mercado único de servicios digitales (DSA), y en España, además, por la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSI).

El sistema de responsabilidad de prestadores de servicios como redes sociales o plataformas de video online opta por un procedimiento específico conocido como notice and take down, donde la responsabilidad -y por tanto, la obligación de retirada y de indemnizar daños- solo nace tras haber sido notificada la concreta plataforma, de manera fehaciente, sobre la ilicitud de esos contenidos. “Es decir, no existe responsabilidad por daños ni deber de retirar hasta que no exista una notificación por parte del titular de derechos señalando la ilicitud del concreto contenido y solicitando su eliminación o retirada”, nos asegura Arnaiz.

WhatsApp no estaría considerado como plataforma en línea, sino como servicio de comunicaciones interpersonales

Sin embargo, desde Pons IP señalan que las normas citadas no son, en principio, aplicables a WhatsApp. “Porque no se le atribuye a este servicio la misma consideración de “plataforma en línea” que se les da a Youtube o Facebook, sino que, pese a su capacidad de comunicar masivamente contenidos entre el público, es visto como “servicio de comunicaciones interpersonales”, que tienen otra regulación”, nos expone.

A este respecto, señala, la Ley de Servicios Digitales indica en su Considerando 14 que los servicios de comunicaciones interpersonales definidos en la Directiva 2018/1972 del Parlamento Europeo y del Consejo, como correos electrónicos o servicios de mensajería privada, quedan fuera del ámbito de la definición de plataformas en línea, puesto que utilizan para la comunicación interpersonal entre un número finito de personas determinado por el remitente de la comunicación. 

Excluir a WhatsApp de esta categoría de medios implicaría poco menos que hacerle inmune a las reclamaciones por infracciones masivas de derechos, pues nos conduciría a atribuir la responsabilidad de la infracción al usuario que la comete (quien comparte el archivo infractor)”, explica Arnaiz a Reason.Why, señalan que, teniendo en cuenta la manera completamente atomizada en que se comunica públicamente el contenido -unos usuarios lo intercambian con otros- resulta prácticamente imposible articular una respuesta legal ante el acto infractor. 

Que WhatsApp pudiera tomar medidas contra los usuarios en cuestión, al entender incumplidos sus términos y condiciones, cosa que, además, entendemos que no lleva a efecto, no parece un remedio que alivie la situación de la editora de los contenidos que han resultado “pirateados””. concluye. 

¡Hola! emprenderá acciones legales

Según han señalado fuentes de la revista a El País, ¡Hola! va a presentar una reclamación ante WhatsApp -y Telegram- por infracción de derechos de autor de sus usuarios. “Esta plataforma se cubre bien las espaldas con sus condiciones de uso. Alega que no tiene un control sobre lo que se comparte y nos pide a nosotros la prueba diabólica de buscar al usuario que está enviando a otros el contenido ilegal. Pero es WhatsApp la que tiene los medios para parar esto"; ha comentado el abogado de la publicación al citado medio. "Dicen que no pueden, aunque monitorizan todo. Y por eso hasta cierto punto tienen responsabilidad por permitir lo que ocurre dentro de su entorno. Por eso vamos a iniciar un requerimiento particular”. 

En la revista conocen la dificultad de que el caso alcance una resolución favorable para su causa, pero apuntan que utilizarán todos sus medios y recurrirá a todas las instancias judiciales posibles para que el pirateo no vuelva a repetirse. “Es probable que no hagan nada y que digan que no se pueden meter en los contenidos que comparten sus usuarios. Pero nuestro deber es intentarlo. Habrá que ver hasta dónde podemos llegar", ha comentado el abogado a El País. 

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