Ridwell, un modelo de negocio que lleva el punto limpio a domicilio

  • La estadounidense Ridwell ofrece un servicio selectivo de recogida de residuos a domicilio
  • Localiza puntos a los que llevar desechos de los que no se ocupan los servicios públicos

Una bolsa de pilas gastadas que no sabía dónde llevar a reciclar fue para Ryan Metzger el primer paso de un camino que ha terminado en Ridwell, una start-up fundada en la ciudad estadounidense de Seattle que se ocupa de recoger residuos que la gente querría llevar a reciclar pero ignora dónde hacerlo y que, según publica la revista Fast Company, cuenta con unos 90.00 abonados.

Todo empezó con una bolsa de pilas gastadas que Ryan Metzger no sabía dónde llevar a reciclar

La investigación sobre dónde llevar a reciclar las pilas impulsó a Metzger a indagar sobre compañías o servicios de reciclaje de artículos que no podían tirarse en los recipientes para reciclado que los servicios locales tenían en las aceras de las calles. Así, se fue enterando de dónde podían entregarse bombillas, pintura o gafas y fue ofreciendo a sus vecinos, a través de grupos en redes sociales, llevar ese tipo de productos a los puntos sonde se ocupan de su aprovechamiento.

Con el tiempo, y a la vista del gran número de personas apuntadas (“cientos”, según Fast Company), decidió transformar ese servicio en una compañía. Así, en 2018 nació Ridwell (cuyo nombre combinan los términos ingleses rid, que significa “deshacerse de algo" y well, que significa “bien”).

Metzger puso en marcha la compañía junto con tres socios y actualmente la empresa opera, además de en Seattle, en Portland, Denver, Minneapolis, Austin y varias zonas de la Bahía de san Francisco. Los abonados pagan una cuota mensual de entre 14 y 18 dólares por el servicio de recogida los objetos que desean reciclar, que se lleva a cabo cada dos semanas. Ridwell entrega a los socios bolsas para clasificar los diferentes tipos de artículos y un cubo para depositarlos en los días de recogida.

Una persona deposita bolsas con residuos clasificados en un cubo de Ridwell

Comodidad y complemento de los servicios públicos

La utilidad del servicio está, aparte de en la comodidad que proporciona, en que “hay aún docenas de categorías que no están incluidas en los sistemas de reciclado municipales”, como señala Metzger en Fast Company, donde precisa asimismo que eso sucede incluso en ciudades como Seattle, donde el sistema es muy completo.

Ridwell retira el film plástico y las pilas en todos los turnos de recogida, mientras que el resto de productos van rotando. Y no todos los artículos se destinan al reciclaje: en el reportaje se cita como ejemplo el caso de las toallas, que se entregan por ejemplo a centros de ayuda comunitaria o refugios de animales. 

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La compañía concentra su oferta en aquellas categorías de productos que no se aceptan en los servicios públicos y aquellos que la gente no quiere tirar simplemente a la basura. Pero cuando un servicio municipal se ocupa de la recogida y reciclaje de un producto, Ridwell deja de recogerlo.

En sus declaraciones a Fast Company, Metzger subraya la idiosincrasia de su compañía: “Haría una distinción entre nosotros y los servicios tradicionales, que habitualmente parten del planteamiento: “Bueno, ¿cómo puedo ganar dinero?”. Nosotros somos muy diferentes. Empezamos con aquello que los consumidores no quieren que termine en un vertedero. Y después hacemos una investigación concienzuda de qué opciones haya para reciclarlo y aprovecharlo y con quién podemos colaborar en ese sentido”.