Caída del PIB, desempleo, tensiones de liquidez, endeudamiento… Las visiones agoreras y poco halagüeñas perspectivas económicas han copado las portadas de los periódicos desde que el pasado marzo la pandemia comenzara a dejar su huella en nuestro país y se instauraran el confinamiento y el Estado de Alarma. El miedo se apoderó de la información y, por tanto, también de la sociedad.
Sin embargo, el escritor y economista Fernando Trías de Bes ha transmitido un mensaje de esperanza y optimismo, y no por ello menos realista. Lo ha hecho en el marco del Management & Business Summit MABS 2020, organizado por Atresmedia y que este año se llevaba a cabo de manera presencial con aforo limitado y, siguiendo el signo de los tiempos, también en formato online bajo el lema “Ideas para la recuperación”.
En este sentido, ha argumentado su postura respecto a una pronta recuperación de la economía y la necesidad de no dejarse llevar por el pánico y la desinformación apoyándose en 8 puntos concretos. Su objetivo ha sido el de “querer aportar dosis de realidad” desde su posición de libertad de cátedra e independiente de organismos empresariales, económicos o políticos:
El miedo vende
Las noticias negativas venden. La Universidad de Princeton publicó un estudio en agosto de 2019 en el que analizaba desde una perspectiva empírica cómo reacciona el cuerpo humano ante estímulos positivos, neutrales y negativos y concluía que los estímulos negativos crean atención. “Ahora mismo existe una disociación absoluta entre el estado de ánimo de la población y el estado de la economía”, ha asegurado el ponente. “Evidentemente hay una situación económica negativa, pero es importante poner de manifiesto que hay una distorsión entre la percepción de lo que está pasando y lo que realmente está pasando”.
A este respecto, el economista considera conveniente aproximarse a la presente situación desde un punto de vista de optimismo racional. “Hay que reflexionar si queremos tener cerca pesimistas intencionados u optimistas racionales, porque el pesimismo es una fuente de poder”.
No es la economía, estúpido
Trías de Bes le da la vuelta a la frase “Es la economía, estúpido”, formulada por Bill Clinton durante la campaña electoral en la que competía contra George Bush. Por aquel entonces, el candidato republicano centraba todo el discurso en la política internacional, mientras que el demócrata aseguraba que el problema central de la nación era la economía.
Con esto en mente, el también escritor ha querido subrayar que, aunque tenga consecuencias similares, la actual recesión no tiene el mismo origen o causa que las crisis económicas predecesoras. La caída de la actividad, la desaceleración económica, el desempleo, la tensión de liquidez, el déficit o el endeudamiento también estuvieron presentes en la crisis de las puntocom de 2001, en el derrumbe de las subprime de 2008 o en la crisis inmobiliaria española de ese mismo año. “No es lo mismo el deterioro de indicadores económicos a consecuencia de un problema de naturaleza económica que de un problema de naturaleza sanitaria”.
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La solución es Nash + Keynes
Aunque se declara economista liberal, Trías de Bes se muestra partidario de aplicar un Keynesianismo inteligente para impulsar la recuperación económica. En este sentido, considera que si se puede elevar la curva de actividad gracias a sostener las empresas y las rentas de familias como se está haciendo desde las instituciones monetarias, lo que se logrará es que cuando haya una solución sanitaria y si no se rompe nada en términos económicos, si no se destruye tejido empresarial, se consiga un ahorro posterior mucho más grande. “¿Esto cuesta dinero? Sí, pero costaría mucho más no hacerlo”.
No obstante, según el economista, esas ayudas tienen que ser temporales, suficientes, puntuales y solidarias con los sectores más afectados, como la cultura, la hostelería o el turismo. En el caso de nuestro país, la “respiración asistida” que no puede fallar para que se haga efectiva la recuperación son los ERTEs, para evitar despidos; los créditos del ICO, para dar liquidez a las empresas; y las inyecciones del BCE al sistema bancario, para salvaguardar el sistema financiero.
Una economía histérica con indicadores histéricos
Para analizar la evolución real de la economía es necesario atender a tres indicadores fundamentales: el empleo, el tejido empresarial y la morosidad. Atendiendo a los datos históricos del INE respecto a la tasa de paro, las cifras demuestran que el desempleo actual se encuentra actualmente en el 15,3%, en comparación con el 18,2% registrada entre 2014 y 2019, o la del 22,6% experimentada entre 2009 y 2013. “Estamos solo 2 puntos por encima de la década prodigiosa y 7 puntos por debajo a la crisis de 2008. Con esto no quiero decir que no haya un problema, sino que hay que estar tranquilos, el mundo no se está hundiendo”, ha comentado Trías de Bes.
Durante su intervención, el economista ha puesto en perspectiva otros indicadores, como el de los contratos laborales, que se han visto afectados, como en ejercicios anteriores, por la estacionalidad. Lo mismo sucede con el número de empresas disueltas, cuya cifra se ha disparado en septiembre ante el cierre de notarias en el mes de julio, pero cuyo total acumulado está alineado con el de años anteriores.
También ha destacado que el comercio, el transporte y la hostelería representan el 60% de los 84.697 millones de euros menos de actividad en lo que va de año. “Claro que hay afección económica, pero hay que poner las cosas en contexto. Es una afección claramente centrada en unos sectores muy dirigidos por la temporalidad, el clima y el turismo”.
Similar situación se observa en lo que respecta a la tasa de mora bancaria. Los datos del Banco de España indicaban que la cifra se situaba en el 4,7% en agosto de este año, lejos del 15% que arrojaban las estimaciones y por debajo del registrado en 2013 (13,6%) o 2017 (7,8%). “Basta de miedo. Evidentemente hay una situación difícil, pero no estamos ni muchísimo menos en un lugar comparable al de otras crisis”.
Vacunados de riesgo moral
Todo cambiará cuando llegue la vacuna. Se han puesto en marcha 210 proyectos vacunales, de los cuales 11 están en fase III y las soluciones de Astra Zenece, Moderna y Pfizer ha aportado tasas de efectividad superiores al 90%. “La decisión de vacunarse no es una decisión individual, es colectiva. Puede que algunos suframos consecuencias, pero tenemos que vacunar también a la economía”, ha comentado Trías de Bes.
La raza humana aplicará el crielo de probabilidad máxima de perpetuación de la especie, es decir, el sacrificio individual en beneficio del grupo como vía para la supervivencia. La investigación del World Economic Forum indica que el 74% de la población mundial se vacunará de manera voluntaria. “Echando la vista atrás, la nuestra es una historia de vacunación. Es la única manera de seguir adelante”.
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La caída del PIB en el segundo trimestre de 2020 alcanzó el -17,8%, una cifra nunca vista. No obstante, las causas no eran puramente económicas, sino derivadas del confinamiento. Entonces, el dato acaparó la atención de todas las portadas de los medios de comunicación.
Sin embargo, al cabo de un trimestre, el INE presentaba una remontada del 16,7%, lo que marcaba una diferencia de más de 30 puntos porcentuales respecto a la cifra anterior. Otro hecho histórico y reseñable que, por contra, apenas se vio reflejado en los periódicos. “No se había roto nada en términos económicos. Se esta sosteniendo gran parte del tejido empresarial y gran parte del empleo. Esta es una realidad”, ha destacado el economista. La evolución de la economía China, cuyos principales indicadores económicos registran dos trimestres consecutivos de crecimiento, también marcan el camino.
Uno de los principales problemas desde el punto de vista empresarial y económico es que “no vemos la luz al final del túnel”. Al no haber una fecha concreta para la llegada de la vacuna, nos encontramos ante un futuro incierto, sin planificación ni calendario de acciones y, en consecuencia, con inversiones congeladas. “En el momento en el que se publique un calendario de vacunación, se podrá empezar a tomar decisiones”.
Vida eterna, futuro infinito
Con una perspectiva histórica, las crisis anteriores, marcadas por el impacto en la solvencia de la deuda soberana y con afección al sistema bancario -que no es el caso de la actual- han registrado un aumento de deuda promedio del 86% y un tiempo de duración de 1,7 años. Por tanto, como señala el economista, la propia historia indica que la recuperación podría tener lugar en 2021, siempre y cuando haya una vacuna y se ponga fin a las políticas de contención del virus.
“Esto no significa que no vaya a haber dificultades. Habrá que pelear y mantener la mirada lejos, pero los pies en el suelo”. A sectores como el comercio, la cultura o la hostelería el quedan todavía 6 meses de surcar aguas inestables y, en ese tiempo, muchos modelos de negocio deberán ser revisados. La forma de consumir y trabajar habrán cambiado, “pero la reconstrucción económica ya ha empezado”.
Nadie puede medir las ilusiones
Los parámetros de la macroeconomía no miden la ilusión ni la resiliencia humana. “Tenemos muchas ganas de hacer cosas, de tirar adelante”. Tras explicar los 8 puntos que indican el camino hacia la recuperación económica, Trías de Bes ha querido lanzar 8 mensajes reflexivos sobre la situación y sobre la visión del futuro:
No tengan miedo
Todavía no se han roto demasiadas cosas
Habrá liquidez
Los turistas volverán en 2021
La vacuna está al caer
La mejora de otoño no fue casual
La historia dice que esto acabará en 2021
Haced planes, ¡muchos planes!