La búsqueda de la verdad es el principio más básico del periodismo. Y, para llegar hasta ella, en las facultades se enseña a investigar, contrastar las fuentes y verificar la información.
“Si tu madre te dice que te quiere, ¡compruébalo!” es una de las máximas de la profesión y se refiere, precisamente, al deber ético y moral que tiene el periodista de dudar de todo.
Hay que replantearse la noticia sin olvidarse de que toda historia tiene al menos dos versiones y que la primera no suele ser la más acertada, sino la más parcial. Especialmente ahora en la era digital cuando todo avanza más rápido y la información llega a las redacciones a través de más canales diferentes.
¿Es verdad todo lo que circula por Internet o sólo lo aparenta?
Únicamente un periodista capacitado para contrastar, verificar y confirmar puede cerrarle la puerta a las Fake News. Hablamos de ello con la Asociación de la Prensa de Madrid (APM). Su Vicepresidente y Portavoz, Nemesio Rodríguez, ha participado en la Tertulia de Periodismo Low Cost, Fake News y Posverdad organizada por Reason Why. Esta es la lección de ética en periodismo que nos ha dado.
Periodismo con ética
En España, la profesión de periodista no está regulada externamente, sino que son los propios periodistas quienes se han encargado de autorregularse a través de códigos éticos y deontológicos. El principal que existe en España es el Código Ético y Deontológico de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), organización a la que pertenecen 48 Asociaciones de la Prensa y 18 vinculadas que representan a más de 20.000 periodistas.
El código de la FAPE, que este 2018 cumple 25 años, recoge y protege los derechos del periodista. Entre ellos el derecho a la libertad de expresión y a la información veraz siempre y cuando no entren en conflicto con los derechos de los demás: honor, intimidad…. Además de establecer buenas prácticas para el ejercicio de la profesión periodística, el código ético y deontológico es una especie de garantía a la que acudir para denunciar malas praxis. De actuar sobre ellas se encarga otro organismo que también depende de la FAPE, pero que actúa con independencia: la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo.
El secreto profesional
“El secreto profesional no es una vía de entrada a las fake news. Entran por otros múltiples canales”, asegura Nemesio Rodríguez.
El Vicepresidente de la APM mantiene que el secreto profesional es una herramienta fundamental para el periodismo de investigación: “No se pueden investigar ciertos temas si no se protegen las fuentes. A menos que el periodista incumpla el código ético, el secreto profesional no abre la puerta a las fake news”. Sobre todo, asegura Nemesio Rodríguez, porque “los periodistas somos los primeros interesados en decir la verdad. En ello va nuestro prestigio. Si un periodista miente, será señalado y denostado”.
¿A los políticos les convienen las fake news?
Bajo el punto de vista de Nemesio Rodríguez, los políticos son uno de los agentes que abren la puerta de una manera “populista y demagógica” a las Fake News.
Y pone como ejemplo de ello lo ocurrido durante la campaña del Brexit y las últimas elecciones en Estados Unidos: “Sabemos que muchas mentiras que se difundieron durante la campaña del Brexit y las elecciones estadounidenses procedían de los políticos”. Según la APM, la solución frente a las fake news que proceden de fuentes políticas es la verificación: “Hoy más que nunca es necesario contrastar la noticia. No creerse nada y, sobre todo, no dejarse llevar por la ola de lo que en Internet tiene apariencia de verdad”, asegura el Vicepresidente de la Asociación de la Prensa de Madrid.
¿La culpa es de los periodistas o de la sociedad?
“La sociedad consume lo que le pones encima de la mesa. No es capaz de distinguir la verdad de la mentira. Ese filtro lo tienen que hacer los periodistas". En este sentido, el Vicepresidente de la APM recuerda que así como Internet ha multiplicado las vías de entrada de las fake news, también ha facilitado mucho el acceso a la información para poder verificar una noticia de manera más rápida. Bajo su punto de vista, los periodistas estarían en la primera posición de la pirámide de responsabilidad de verificación, seguidos de las redes sociales.
Códigos éticos para las redes sociales
Una posible solución para cerrarles la puerta a las fake news en redes sociales podría ser exigir que Facebook y Twitter asuman códigos éticos y deontológicos como vía para filtrar la información engañosa que circula por sus plataformas.
En opinión de la APM, las redes sociales se han dado cuenta del problema y han empezado a reaccionar. Sin embargo, la respuesta sigue siendo demasiado lenta. "En ocasiones pueden tardar 24 horas en retirar una información falsa", comenta Nemesio Rodríguez aludiendo a las consecuencias que ello puede tener para la reputación de la víctima de esa información no veraz. El Vicepresidente de la APM apunta que los procesos electorales son especialmente críticos y recomienda a las redes sociales reforzar sus controles de información cuando se acercan. "Los gobiernos deberían llegar a acuerdos con las redes sociales para ver de qué forma pueden controlar mejor todo el caudal de información que circula por esta vía durante procesos políticamente importantes para un país".
Nemesio Rodríguez incluso va más lejos y apunta a la educación como solución fundamental a toda la problemática de las fake news. Desde la APM proponen poner en marcha iniciativas para enseñar a leer un periódico a los niños en los colegios y no olvidarse de una asignatura que consideran fundamental en las facultades de periodismo: ética periodística.