Google adora el contenido. Además de keywords y linkbuilding, cualquier estrategia de SEO debería tener en cuenta el poder del contenido para aparecer entre los primeros resultados de Google. 

El todopoderoso buscador nunca dará a conocer su algoritmo, pero sí que nos da algunas pistas sobre cómo crear un buen contenido que nos ayudará a posicionarnos. Con estas cinco claves conseguiremos enamorar a Google (y a los usuarios) con contenido.

1. Hazte el difícil: no hay que escribir para Google.

El objetivo de Google es indexar el contenido de mayor calidad para sus usuarios. Es decir, para las personas.

La norma más importante del marketing de contenidos es pensar en las personas. Primero, porque es una forma de que Google nos indexe mejor. Segundo, porque una vez que los usuarios lean ese contenido, podrán compartirlo en redes sociales o enlazarlo, aumentando aún más su SEO.

2. ¿Cuál es su tipo? Las cinco categorías de Google

Google tiene varias categorías en las que divide el contenido según su validez. Es muy útil tenerlas en cuenta y nos pueden servir para medir el valor de nuestro propio trabajo:

- Vital: el contenido vital es la información que la misma empresa publica sobre un producto. Es la favorita de Google.

- Útil: la información útil no proviene de la fuente oficial, pero aporta contenido propio, o responde a preguntas que no contesta el fabricante. A Google también le gusta,  e incluso puede obtener mejor posicionamiento que la información oficial.

- Relevante: el contenido relevante puede expandirse en información ya existente o contestar preguntas superficiales. A Google no le apasiona, pero tampoco lo castigará.

- Ligeramente relevante: es el contenido relacionado sólo de forma marginal con el tema. Google no lo castiga porque no es spam, pero no le gusta nada.

- Fuera de tema: contenido que no tiene nada que ver con la búsqueda. Google lo indexará en la última página disponible. Precisamente, allí donde ningún hombre ha llegado antes.

3. Pórtate bien: Google castiga

Google ha dado a conocer el documento Guidelines, en el que especifica qué cosas se consideran spam y qué prácticas serán castigadas por el buscador. 

El texto oculto, el abuso de keywords, el contenido generado automáticamente, el contenido duplicado y los plagios son algunas de las prácticas prohibidas.

4. Míralo a los ojos: la mirada humana detrás de Google

Cada año, Google modifica su algoritmo unas 500 veces. Muchos cambios son mínimos, pero de vez en cuando aparece alguno que cambia las normas del juego.

Según explica el blog HubSpot, una de las formas en que se modifica la ecuación es gracias al estudio de personas subcontratadas por Google. Estas personas hacen búsquedas manualmente y valoran la calidad de los resultados.

Sus opiniones no hacen que una web mejore o empeore su posición (sería imposible hacerlo a gran escala), pero Google las tiene en cuenta para modificar su programación. 

Los que intentan engañar a los robots de Google, son cazados por estos observadores humanos, y son castigados.

5. Tomátelo con calma: no hay atajos.

Google no tiene nada en contra de las estrategias de SEO, pero prefiere, ante todo, el contenido hecho manualmente, consolidado a lo largo del tiempo. No hay una vía rápida: si quieres ser el primero en los resultados, hay que seguir creando contenido que enamore a los usuarios. Sólo así podremos conquistar a Google.