La agencia LOLA MullenLowe analiza el futuro que está por llegar

  • Ya se están estudiando las “ciudades de 15 minutos", en las que la población puede desplazarse a pie o en bicicleta
  • Una de las actividades que podrían mejorar el control de nuestro bienestar es la  compartición de nuestra privacidad con los demás
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La única certidumbre sobre el futuro, es que es incierto.

Partiendo de esta premisa, el equipo de planning de LOLA MullenLowe Madrid ha realizado un estudio de ámbito global para entender el impacto a futuro que pueda tener la pandemia del coronavirus.
Así, han indagado en posibles escenarios que mezclan el estado emocional de las personas con distintos rasgos culturales de la sociedad. Un estudio que podría ayudar a guiar las decisiones en el presente para poder diseñar un mejor futuro.

El contacto físico se está viendo sustituido o acompañado por el contacto virtual

Privacidad vs. Seguridad

Una de las conclusiones que se extraen del análisis que ha hecho la agencia, es que la gente estaría dispuesta a sacrificar su privacidad por encima de su seguridad. Así, la crisis del COVID-19 podría cambiar la forma que tenemos de relacionarnos con los demás.

Durante el confinamiento, la gran mayoría de la población se ha dado cuenta de la importancia de la relación con otras personas y el contacto con otros ha ayudado a pasarla de forma más amena. Pero la realidad es que el 54% de los españoles han sustituido el contacto físico por las videollamadas. Bien por las restricciones oficiales, por miedo o ansiedad, el contacto físico se está viendo sustituido o acompañado por el contacto virtual.

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Así, una de las actividades que podrían mejorar el control de nuestro bienestar es la  compartición de nuestra privacidad con los demás. Según indica LOLA MullenLowe en su estudio, voluntariamente estaremos dispuestos a poner a disposición de otros nuestra ubicación las 24 horas del día, así como nuestro estado de salud: síntomas o temperatura corporal, entre otros.

El objetivo inmediato puede ser noble: facilitar la monitorización del virus o la reducción de los posibles riesgos nos permite saber dónde hay una persona potencialmente contagiosa para advertir a otros ciudadanos y protegernos a nosotros mismos. Pero eso afectará a nuestro comportamiento, sobre todo en la aplicación de las normas, de entender la privacidad y de expresar nuestras emociones.

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Y es que el distanciamiento social suele ser instintivo cuando hay una amenaza de enfermedad. Poniendo nuestro bienestar en el primer plano, pensaremos en los demás como enemigo, lo que nos dificultará establecer nuevas relaciones o creará cierto distanciamiento con otras personas. Los que se dejen llevar por el miedo tendrán que asumir cambios en las relaciones con los demás.

Compartiendo empleados

Otra de las conclusiones que se presentan en este análisis es que las empresas están buscando fórmulas para compartir empleados según demanda.

El 58% de los Millennials creen que su empresa ya está lista para ofrecer teletrabajo

Hasta ahora, muchas empresas se habían resistido a implementar el sistema de trabajo en remoto, pero debido al confinamiento se han visto obligadas a implementarlo y ahora el 58% de los Millennials creen que su empresa ya está lista para ofrecer esta fórmula siempre. Así, empezarán a cambiar las cuestiones relacionadas con la flexibilidad, los objetivos en base a resultados y la confianza en el empleado como responsable de su tiempo. Y, como resultado, tendremos más flexibilidad para establecer un mejor equilibrio de vida personal y profesional. 

Tanto es así que esta crisis cambiará definitivamente el rol de los trabajos temporales. Según LOLA MullenLowe, veremos un cambio de paradigma, donde las empresas firmarán acuerdos para poder intercambiar empleados según la demanda, asegurando así el empleo sin tener que depender de los cambios en el sector. Tal es el caso de McDonald´s y Aldi, que han firmado un acuerdo en alemania para “compartir” empleados de forma que la cadena de supermercados ha recibido refuerzos por parte de la compañía de fast food.

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El cambio de las dinámicas de trabajo no solo afectará a la parte administrativa de las empresas, sino también al bienestar de los trabajadores. Desempeñar sus obligaciones en el nuevo contexto supondrá el mayor esfuerzo mental. Además, las empresas están viendo la importancia del compromiso y la motivación de los empleados, así que, ara poder garantizar la estabilidad emocional de sus trabajadores, se verán obligadas a considerar el bienestar de manera más integral, en términos no solo físicos, sino también mentales y emocionales.

¿Adiós al coche?

El confinamiento ha hecho visible la gran cantidad de espacio que hemos destinado a los vehículos privados en las ciudades y que ahora vemos vacío. Este hecho pone en valor la necesidad de muchos movimientos cotidianos y de las distancias. Parte de la actividad esencial de la vida en las ciudades asistirá a la recuperación de ese espacio para que las personas podamos caminar con más seguridad ya que el 73% de las muertes de peatones y el 69% de las de ciclistas tienen lugar en áreas urbanas.

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Así, según pronostican en LOLA MullenLowe, las calles cederán espacio a peatones, bicicletas y transporte público, una medida que ya estaba ocurriendo en ciudades como Viena o Philadelphia. Aunque el transporte público se presenta como una fuente inevitable de contagios, al ser su principal ventaja la dereunir a un gran número de viajeros. Si seguimos las recomendaciones actuales para salir de la crisis del COVID-19, el uso obligatorio de mascarillas así como el mantenimiento de la distancia de seguridad generan un rechazo en cuanto al uso del mismo frente a otras opciones más individuales.

Las ciudades cederán espacio a peatones y bicicletas pero el transporte público ahora genera rechazo

Esto pone de relieve un gran problema: cómo conciliar e integrar la ciudad para prevenir futuras pandemias. A raíz de esto, se están empezando a estudiar las denominadas "ciudades de 15 minutos", en las que la población puede desplazarse a pie o en bicicleta a los nodos densos del núcleo urbano en vez de viajar por medios mecánicos.

En definitiva, la pandemia del COVID-19 ha cambiado el mundo tal y como lo conocíamos. Aunque en un primer momento no podamos predecir ninguno de los escenarios con certeza, sabemos que la clave estará en encontrar el equilibrio entre el cambio de valores que se da en la sociedad y el valor que las marcas pueden aportar a ella.

El futuro para las marcas dependerá de cómo éstas interpreten los diferentes escenarios y cómo empaticen con la situación actual. Por lo cual, aquellas marcas que sepan capitalizar estos cambios sin renunciar a su esencia, son las que se volverán más relevantes en esta nueva era.

Más info.: Más allá del Covid - Un futuro incierto

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